Hoy es un día muy especial para la industria tecnológica y de la movilidad. Se cumplen nada menos que diez años desde la presentación del primer iPhone. El 9 de enero de 2007 Steve Jobs mostraba durante el escenario la primera generación de su smartphone. Se trataba de un móvil con pantalla capacitiva de 3,5 pulgadas y resolución de 320 x 480 píxeles, cámara de 2 megapíxeles, entrada para auriculares, conectividad EDGE y WiFi (el 3G no llegaría hasta la siguiente versión), procesador de un núcleo, memoria RAM de 218 Mb y al menos 4 GB de almacenamiento interno (también había versiones de 8 y 16 GB.
En la keynote que sirvió como presentación oficial del iPhone el consejero delegado de Apple se refería al dispositivo como tres productos en uno: “un iPod de pantalla panorámica con controles táctiles, un teléfono móvil revolucionario y un dispositivo para comunicaciones de Internet revolucionario”. Jobs insistía varias veces: “Un iPod, un teléfono y un comunicador de Internet. ¿Lo tenéis?”.
Era la primera vez que la firma de la manzana fabricaba un teléfono, pero su irrupción en este mercado lo cambiaría todo. Ese día no solo se transformó el negocio de los móviles de arriba a abajo, sino también la propia compañía de Cupertino. Apple Computer cambió su denominación y comenzó a denominarse simplemente Apple. Un cambio muy acertado y significativo que ponía de manifiesto que la empresa ya no era solo una firma de ordenadores. Hoy 6 de cada 10 dólares que factura la casa provienen del iPhone y es su negocio más boyante y estable.
En aquel momento los players que dominaban el negocio móvil se tomaron la noticia de formas muy diferentes. En Blackberry la presentación del iPhone causó verdadero pánico. Dentro de la compañía canadiense mantuvieron diferentes reuniones al día siguiente de la keynote y consideraron algunas de sus características como “imposibles”. Incluso creyeron que Steve Jobs estaba mintiendo sobre sus propiedades, puesto que entonces era muy difícil que un teléfono como aquel pudiera tener una pantalla táctil de esa magnitud y contar con una autonomía aceptable lejos de una toma de corriente. Un ex ejecutivo de la compañía antes llamada RIM reconoce que fueron muy derrotistas.
Por su parte, Microsoft tuvo una actitud bastante diferente. Al poco de anunciarse el iPhone, Steve Ballmer, entonces alto ejecutivo de Microsoft y después presidente de la casa, se burló del teléfono durante una entrevista en la que también ensalzaba su Windows Mobile. Al directivo, la idea de un móvil de 500 dólares que era “el teléfono más caro del mundo” y que ni siquiera tenía un teclado físico con el que mandar correos electrónicos le parecía bastante idiota.
El primer iPhone no saldría a la venta hasta casi seis meses después de su presentación. En EE.UU se lanzó el 29 de junio de 2007 y en noviembre llegó a otros mercados, como Reino Unido, Francia, Alemania, Portugal, Irlanda y Austria. En un principio el propio Jobs sugería que llegarían a vender 10 millones de terminales en su primer año y medio, pero sus expectativas se superaron con creces. La firma comercializó 6 millones de unidades en los primeros 12 meses. Pero de junio a septiembre de 2008, en los tres primeros meses del iPhone 3G, se vendieron 6,9 millones. Es decir, en solo un trimestre el segundo iPhone superó las ventas de todo un año de su antecesor.
A Jobs la idea del iPhone llevaba tiempo rondándole la cabeza. En 2005 el gurú pensó en usar una pantalla multitáctil para interactuar con un ordenador y escribir directamente en la pantalla sin necesidad de un teclado físico y un ratón. El CEO de Apple reclutó a un grupo de ingenieros para que trabajaran en este concepto como un proyecto paralelo. Después de revisar el primer prototipo y la interfaz de usuario pensó en que la tecnología podría ser usada en un teléfono. Así nació en 2005 la iniciativa conocida como Project Purple 2, que sería el germen del smartphone. Los de Cupertino crearon el móvil durante una reunión secreta con AT&T, antes llamada Cingular Wireless. La operadora dio a la firma de la manzana la libertad para que crearan tanto el hardware como el software. Se estima que Apple dedicó 30 meses y 150 millones de dólares al desarrollo del primer iPhone.
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