Montar una startup es una experiencia muy bonita, pero también muy dura. Es necesario creer mucho en el proyecto para dedicarle todo el esfuerzo y horas necesarias. En el caso de los fundadores o cofundadores, no hay problema: la startup es su bebé, la promesa de que esa idea que tuvieron una vez va a conseguir llegar a eso que siempre soñaron. Para los trabajadores que poco a poco se van añadiendo al proyecto y conformando un equipo, todo es diferente.
En la situación ideal, todos los integrantes de una startup creen en el proyecto tanto como sus creadores, pero esta confianza ciega es un poco más frágil. Las largas jornadas, todo el esfuerzo que requiere estar en un equipo así, pueden acabar teniendo un efecto nada bueno: que los trabajadores estén quemados. ¿Los notas apáticos o de mal humor? Quizá ya sea tarde. Para evitar que esto pase, sigue estos seis consejos:
1. Conócelos. Las startups suelen estar formadas por equipos pequeños, por lo que no hay excusa: intenta conocer lo mejor posible a todos los integrantes. Así sabrás más o menos las cosas que necesitan, lo que odian, detectarás antes comportamientos extraños… Intenta, en lo posible, adaptarte a ellos.
2. Asegúrate de que entiendan (y compartan) tu visión. Esto es imprescindible: solo alguien que entienda y comparta esa visión por la que trabajáis en la startup aguantará el ritmo. Si ve su tarea como un simple trabajo y no es capaz de ver más allá, todo empezará a pasar factura mucho antes. Se cansarán y trabajarán peor, buscarán otras opciones y, si las encuentran, se acabarán marchando.
3. Ofrece flexibilidad. Está claro que los horarios en una startup no pueden ser muy estrictos y la mayor parte de los trabajadores harán (muchas) horas extra. Recuerda esto siempre que alguien necesite irse antes o tomarse un día libre por cualquier razón. Sobreviviréis sin problema, y los trabajadores serán más felices.
4. Reconoce y agradece sus éxitos. En un mundo en el que esperamos que los trabajadores hagan su tarea bien, estamos más acostumbrados a únicamente notar sus errores y pequeños fracasos. Que el jefe solo vea lo negativo es la receta perfecta para conseguir trabajadores quemados. El “refuerzo positivo” es importante, que cada miembro del equipo sepa que su trabajo es necesario, que se agradece el esfuerzo, y que lo está haciendo bien.
5. No olvides el poder del tiempo libre. Los trabajadores de una startup normalmente tienen claro que van a tener que dedicarle muchas horas, pero eso no significa que debas esperar que vivan para el trabajo. No subestimes nunca el poder regenerador del tiempo libre y los beneficios que otorga a cualquier persona y startup: días libres, vacaciones, etc. Ese trabajador que ya estaba un poco cansado y empezando a quemarse, volverá con muchas más ganas y agilidad mental.
6. Crea un buen clima de comunicación. Esto es quizá lo más importante: debes conseguir que tu equipo confíe en ti y no tenga miedo a comunicarse contigo. Si evitan comunicar los problemas por miedo o por poca confianza, estos empezarán a crecer, los trabajadores se sentirán cada vez peor y, al final, acabarán quemados muy pronto.
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