Ser CEO de una startup no es fácil. Estás al principio de una aventura que requiere de ti toda tu atención y tiempo, y además tienes más responsabilidades que el resto del equipo. ¡Eres el jefe! Por muy pequeño que sea ese equipo y por mucho que evitéis las jerarquías, lo cierto es que al final del día las decisiones importantes tendrán que pasar por ti y tú serás quien tenga que responder ante clientes e inversores.
Hay muchos consejos que se pueden dar a CEOs de startups sobre todo lo que deben hacer. Cómo comportarse con sus empleados, cómo organizar su tiempo, cómo enfrentarse a los inversores, cómo conseguir clientes… pero ¿hay también consejos a la inversa, cosas que no deberían hacer si quieren llevar su empresa al éxito? ¡Por supuesto! Estas son las 6 cosas que ningún CEO debería hacer:
1. Quedarse con todas las tareas. Sí, es tu startup, es tu bebé. Y sí, es sobre ti sobre quien recaen todas las responsabilidades, pero eso no significa que debas ser tú quien lo hace todo. Tienes un equipo por algo y tienes que saber delegar. Y no solo esas cosas que simplemente no sepas hacer: también tareas que podrías realizar sin problema, pero que te roban tiempo. Querer hacerlo todo suele provocar peores resultados. Confía en tu equipo.
2. No comunicarse con su equipo. Eres el CEO y te dedicas a cosas importantes, pero asegúrate siempre de que haya una buena comunicación y que esta sea bidireccional. Transmite a tu equipo las cosas que deben saber y escucha lo que te cuentan. Es importante que sepas qué está pasando, las preocupaciones de tus empleados o pequeños problemas que detectan. Crea el ambiente necesario para que se sientan cómodos hablando contigo.
3. Contestar a todas las preguntas, ir a todas las reuniones. Sí, es importante mantener una comunicación estrecha con el resto del equipo, pero eso no significa que tengas que atender hasta el más mínimo detalle. Hay conversaciones en las que en realidad no tienes por qué estar, al igual que no es necesario que asistas a todas las reuniones. Aprende a priorizar y a que tu equipo sepa también qué cuestiones deben incluirte y cuáles no son tan importantes.
4. Evitar riesgos. Como CEO de una startup, descubrirás muy pronto que quien no arriesga no gana. Querer mantenerse al margen de los riesgos frenará el desarrollo y crecimiento de la empresa, pudiendo incluso llegar a provocar su muerte: una startup es un riesgo en sí misma que necesita estar siempre en continuo movimiento. Una actitud demasiado conservadora puede llevar a su estancamiento y posterior fracaso.
5. Olvidar la cultura de la startup. Una de las cosas más especiales de las startups, uno de los elementos que las hacen distintas y que consiguen que el equipo trabaje más contento y con más compromiso es su cultura. El CEO no debería quedarse al margen, sino todo lo contrario. Es una parte muy importante a la hora de fijar esa cultura de startup y asegurarse de que todos los trabajadores la comprenden y adoptan.
6. Olvidar que es humano. Es importante que los CEOs den ejemplo, pero eso no significa convertirse en una especie de superhombre o supermujer que nunca se cansa. Si eres más accesible, demuestras que eres humano y que tus acciones también tienen consecuencias, a tu equipo le resultará más fácil trabajar contigo y seguirte en esa visión común que compartís.
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