6 lecciones para emprendedores aprendidas en Los Simpson
Esta semana Los Simpson cumplieron 25 años. Aprovechamos para extraer algunas enseñanzas para startups de la popular serie.
Hay series y series de televisión, pero nadie puede negar que los Los Simpson son una de las más especiales: conocida por absolutamente todo el mundo, atractiva tanto para niños (por ser dibujos) como para adultos, con tanta buena prensa que un famoso no es nadie si no hace un cameo en ella. Y va por su temporada 26 y más de 500 episodios. Esta semana fue noticia, además, por cumplir 25 años en antena.
Y como de todo se puede aprender, de Los Simpson también. ¿Cómo no sacar lecciones para emprendedores de una serie que tiene a un protagonista que cada dos por tres está pensando en nuevas aventuras empresariales? Tu startup puede aprender mucho de Homer Simpson y otros habitantes de Springfield. Estas son 6 lecciones para emprendedores aprendidas en Los Simpson.
1. Protege tus ideas. Homer sufre en sus propias carnes lo que es que alguien se apropie de tu idea y logre el éxito con ella cuando le habla a Moe de su Flameado especial creado con varios licores y jarabe de la tos y le da la receta. El dueño del bar enseguida lo rebautiza como Flameado de Moe y consigue que la taberna se haga popular llevando hasta a Aerosmith a tocar allí. Como emprendedor, ten cuidado con a quién cuentas tus grandes ideas de negocio y protégelas siempre.
2. Ten en cuenta los gastos fijos de tu startup. Homer se imagina rico cuando Bart gana un elefante en un concurso en la radio y empieza a cobrar dos dólares a quien quiera dar una vuelta montado en él. No obstante, Apisonadora (el elefante) come mucho… unos 300 dólares de comida diaria. Homer sube el precio de la vueta a 500 dólares, pero ya nadie compra. En las previsiones y planes de negocio es necesario tener en cuenta siempre que tienes unos gastos fijos y tener previsto cómo cubrirlos sin acabar con la startup.
3. Ten a tus empleados contentos. Está claro que el señor Burns no es el ejemplo de buen jefe y hay muchos episodios en los que su maltrato a los trabajadores provoca que estos se rebelen. En uno de ellos está dispuesto a cambiar el seguro dental que ofrece a los empleados por una cerveza gratis, pero cuando Homer se da cuenta de que si la medida se aprueba tendrá que pagar el aparato de Lisa se convierte en líder sindical y convoca una huelga. Es un ejemplo algo extremo, pero como emprendedor quieres que los empleados de tu startup estén contentos: trabajarán mejor, se quedarán en la empresa y no crearán problemas.
4. Cuidado con las ofertas de ventas. ¿Que aparece Bill Gates en tu puerta y dice que quiere comprar tu pequeña startup de Internet? No aceptes sin tener muy claro cuáles van a ser los siguientes pasos: cuánto te van a pagar y qué va a pasar tras la venta. A Homer le pasó cuando creó su negocio en Internet y Bill Gates se lo compró para destruirlo. “No me hice rico firmando cheques”, le dice. Si te van a comprar solo para destruirte, que por lo menos el precio que paguen sea alto.
5. Invierte en marketing. En otra de sus aventuras emprendedoras, Homer compra un quitanieves y empieza a ofrecer sus servicios a los vecinos. ¿La clave del éxito? Su gran campaña de marketing y su imagen. Se empieza a llamar a sí mismo el Sr. Quitanieves y lanza un anuncio en la tele con una melodía pegadiza, lo que lanza su negocio (hasta que Barney monta la competencia). Un buen producto no sirve para nada si sus usuarios potenciales no lo conocen. No olvides nunca invertir en comunicación y marketing para lanzar tu startup.
6. Que el fracaso no te frene. Aunque Homer Simpson tiene un trabajo fijo en la central nuclear, nadie puede negar que lo que es en realidad es un emprendedor en serie. A lo largo de estos 25 años ha montado muchísimos negocios y ha visto cómo, uno a uno, casi todos han fracasado o tenido que parar por alguna razón. ¿Tira Homer alguna vez la toalla? ¿Pierde su espíritu emprendedor o confianza en que puede hacerse rico? No. Ser emprendedor es arriesgarse y muchas veces no sale bien a la primera. Lo importante es saber levantarse e intentarlo otra vez.