Con las uvas ya tomadas, el champán bebido y la resaca de Año Nuevo superada, toca ponerse de verdad a pensar en los doce nuevos meses que tenemos por delante. Y, como siempre que llega enero, es el momento de plantearnos nuevos hábitos o promesas a nosotros mismos que buscan, sencillamente, acabar el año siendo mejores personas y profesionales que cuando lo empezamos.
¿Cómo se pueden trasladar estos propósitos de Año Nuevo al mundo de las startups? ¿Qué deberían proponerse los emprendedores para este 2015? Lejos de plantearse cifras exactas como objetivos o cosas tan poco específicas como “alcanzar el éxito”, la idea es iniciase en nuevas costumbres que ayuden a alcanzar ese éxito y a superar esa cifra. Estos son 6 propósitos de Año Nuevo para startups:
1. Dedicar todos los meses tiempo para valorar la evolución del negocio. El día a día de una startup es siempre muy intenso, con la sensación de no tener tiempo para nada y con urgencias constantes. Pero dejar que lo urgente tape lo importante es un gran error: aparca todo ese montón de cosas por hacer una vez al mes para echar un vistazo a cómo se está comportando tu negocio con cierta perspectiva temporal. ¿Va hacia arriba o hacia abajo? ¿Qué funciona y qué no? Solo así conseguirás redirigir la startup antes de que sea demasiado tarde.
2. No tener miedo al cambio. Lo que nos lleva a este propósito: si detectas algo que no funciona, que no te dé miedo cambiarlo. Aunque lo que no funcione sea algo tan básico como el producto que ofrece la empresa. Llegado a un punto tienes dos opciones: seguir por el mismo camino y acabar inevitablemente con un fracaso entre las manos, o intentar un cambio, pivotar y ver si tienes esa segunda oportunidad.
3. Invertir más en marketing. El marketing es muchas veces uno de los grandes olvidados de las startups, que se centran en diseñar el producto o servicio perfecto y olvidan darlo a conocer a sus potenciales clientes. Asegúrate de no cometer este año ese error: analiza si tus esfuerzos en marketing son suficientes o si podrías hacer más. Siempre que haya espacio para un extra, para mejorar algo y llegar a más gente, hazlo.
4. Preparar un plan B. Tu plan de negocio es el plan A, el camino por el que has decidido llevar a tu startup, lo que esperas encontrarte al torcer cada esquina (las previsiones) y la meta que quieres alcanzar (los objetivos). Pero ¿y si el camino no es como habías previsto? Tener un plan B, una idea de qué hacer si las cosas no son como esperabas, puede ser clave para la supervivencia de tu startup llegado cierto punto.
5. Mejorar tu equipo. Empezaste la aventura emprendedora rodeado de un equipo que en su momento parecía el mejor, pero ¿continúa siéndolo? En 2015 deberías valorar si todas las piezas que lo componen funcionan a la perfección, tanto de forma individual como colectiva. Si alguna sobra, falta, o necesita sustitución, no dudes en tomar las medidas necesarias. Evita que no querer despedir a alguien sea la razón por la que fracases.
6. Ser realista. Empezaste con una gran visión, con una idea que en tus sueños más salvajes te iba a permitir cambiar el mundo. Es el momento de poner los pies en la Tierra e intentar verlo todo desde fuera. ¿Es la idea tan buena? ¿Son tus previsiones de negocio realistas? No dudes en pedir ayuda externa y no rehuyas las críticas.
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