7 principios para mantener la calma ante el caos
Con una filosofía que guíe nuestro trabajo, las dificultades sobrevenidas son más fáciles de manejar. He aquí algunos principios.
El dominio de sí mismo es una virtud no por escasa menos valiosa. Mantener la calma y transmitir sangre fría a nuestro equipo cuando la situación se descontrola no es cosa fácil. Lograrlo ha sido un tema tratado desde antaño, así que ¿por qué no aprender de los consejos de los clásicos?
1. Reconocer que todas las emociones vienen de dentro. Muchas veces queremos situar la responsabilidad de los problemas en agentes externos porque es fácil y cómodo, pero la verdad es que todos los conflictos comienzan internamente, en nuestras mentes. Cuando huimos de la realidad, estamos perjudicandonos a nosotros mismos y socavando nuestra autodisciplina.
2. Encontrar un modelo a seguir. En momentos de crisis, resulta útil fijarse en alguien a quien respetas y tomarlo como modleo de comportamiento. Eso sí, es importante darse cuenta de que esto no es un ejercicio de comparación.
3. Descubrir que hay vida después de los fallos. Fracasar duele, pero recuperarse del fracaso es una práctica, un modo de pensar. De hecho, las lecciones que se interiorizan de esas experiencias negativas pueden ayudar a hacer mejor el trabajo. En resumen: no hay fallos, no hay crecimiento.
4. Leer y aplicar conocimientos. La lectura prepara tu mente, incluso te ayuda a evitar errores, pero al final el resultado tiene que aplicarse a algún tipo de acción: un éxito, un fracaso o una lección.
5. Ser honesto con uno mismo. Epicuro decía que “la conciencia de la maldad es el primer paso hacia la salvación”. Ser consciente de que estás haciendo algo malo es el primer paso para tomar el camino correcto.
6. Reflexionar sobre en qué gastamos la mayor parte del tiempo. Las personas que hacen un buen trabajo y dominan su oficio, lo hacen debido a su capacidad para establecer prioridades. Aunque los pequeños descansos están bien, debemos ser conscientes de qué proporción de nuestra jornada ocupan nuestras nuestras distracciones.
7. Desconectarse del mundo de vez en cuando. Es recomendable encontrar un breve momento a lo largo del día, para sentarse y permanecer quieto. No importa dónde te encuentres. Pon el teléfono en vibrador para que no haya interrupciones y simplemente reflexionar sobre los acontecimientos que tuvieron lugar durante toda la jornada.
Vía 99u.