El sueño dorado de muchos nuevos ingenieros y economistas es colocarse en una gran empresa multinacional. Trabajar para una pequeña empresa tecnológica no tiene tanto glamour, pero no nos equivoquemos: las startups son una fuente de aprendizaje intenso y nuevas oportunidades. Y pueden impulsar tu carrera profesional de una forma que efectuar tareas rutinarias en una megacorporacion nunca conseguirá. Por varios motivos:
1. Conoces cada puesto en la empresa. Las empresas de nueva creación necesitan mantener los costos bajos, lo que significa que el personal suele ser escaso y es probable que un solo empleado deba hacer el trabajo de dos o tres. Por un lado, esto significa mucho trabajo, pero también que los empleados tienen experiencia de primera mano en una amplia gama de puestos, desde asistente de marketing a probador de productos.
2. Son más rápidas e innovadoras. El objetivo de una startup es crecer lo más rápido posible. Por ello, su estilo es fresco y rápido, en continua innovación. Una startup con una idea trillada está condenada al fracaso, por lo que los empleados aprenden pronto que las soluciones probadas no son suficiente. De ahí que la innovación y la creatividad sean dos cualidades de las que pueden presumir la mayoría de los empleados de estas compañías.
3. Son diversas. Al contrario que las grandes empresas, más aferradas al status quo, las nuevas empresas tienden a buscar el talento allá donde esté, lo que significa que sus plantillas tienden a estar compuestas por una mezcla de géneros, edades, nacionalidades y niveles de experiencia.
4. Son inteligentes. El espíritu empresarial es una ciencia y sólo las mentes más brillantes tienen la capacidad de sobresalir en este campo. Las startups tienden a producir una gran cantidad de datos, y los empleados deben ser capaces de analizar esos datos de forma rápida y correcta.
5. Se relacionan bien con los demás. En estas compañías, la comunicación y la cooperación son más importantes que la diligencia y la productividad. La inteligencia emocional adquirida mientras se trabaja para una startup dará al trabajador una buena baza para el éxito profesional a largo plazo.
6. Luchan por sobrevivir. El ecosistema de las nuevas empresas es muy competitivo y, por lo tanto, inestable: más del 90% de las startups empresas fracasan. Así que todos sus empleados están acostumbrados a remar duro para mantener el barco a flote, o de lo contrario se quedarán sin empleo.
7. Saben vender. Todos los negocios venden algo, y en especial las startups. Para sobrevivir en un mundo tan competitivo, necesitan empleados que sepan vender también. Una habilidad esencial que se llevarán a sus posteriores empleos.
8. Saben de tecnología. Una gran mayoría de los empresas de nueva creación se basa en la tecnología. Por lo tanto, para trabajar en una startup los empleados deben tener un gran dominio de la tecnología moderna. Además de poder adaptarse a un nuevo software y hardware, algo crucial para la supervivencia en el mundo digital, estos trabajadores son tecnológicamente innovadores ante cualquier problema.
9. Tienen una comunidad fuerte. En empresas pequeñas, es inevitable que el personal trabaje muy próximo, lo que por lo general aglutina a los empleados en una comunidad fuerte que se extiende fuera del lugar de trabajo. Cuando esos trabajadores pasan a una compañía más grande, es probable que conserven sus amistades (y sus redes de contactos) para el resto de sus vidas.
Vía TNW.
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