Pagan la licencia pero no lo instalan
Aunque Microsoft está encantado con las fuertes ventas de nuevos PCs,
precargados con Windows XP, la compañía no está tan satisfecha con la
cifra de grandes compañías que están instalando su último sistema
operativo, según se afirma en News.com.
Con un porcentaje de más
del 90 por ciento de todos los ordenadores del mundo ejecutando alguna
versión de Windows, el principal reto de Microsoft para mantener esa
cifra ha sido convencer a los clientes de que necesitaban un nuevo
sistema operativo, algo cada vez más difícil de vender. Esto ha sido
especialmente cierto con Windows XP, que después de dos años y medio en
el mercado está instalado en cerca del 62 por ciento de compañías con
unos ingresos de 50 millones de dólares o más, según datos ofrecidos por
la firma de investigación de mercado Jupiter Research.
Un estudio
presentado el pasado mes de diciembre mostró que el 80 por ciento de las
compañías todavía tiene máquinas ejecutando Windows 95 ó Windows 98. Y
de aquellas empresas que ejecutaban los viejos sistemas operativos, un
39 por ciento de los ordenadores de sobremesa funcionaba con Windows 95
ó Windows 98, según AssetMetrix.
Otra dificultad añadida para
Microsoft es el hecho de que la mayoría de los clientes corporativos que
ya tiene una licencia para instalar Windows XP se están manteniendo al
margen.
Microsoft se enfrenta a problemas similares en lo que
respecta a servidores, ya que la mayoría de sus clientes se mantienen
fieles a las viejas versiones del sistema operativo. Algunos analistas
han estimado que más del 40 por ciento de los servidores todavía
funciona con Windows NT 4.
No es cuestión de dinero
Incluso aunque Microsoft ya haya recogido los ingresos de aquellas
compañías que pagan por licencias pero no instalan el sistema operativo,
sigue siendo importante para el fabricante de software que la mayoría de
los clientes utilicen sus últimos productos. Según ha señalado Michael
Gartenberg, analista de Jupiter Research, “para generar futuros
ingresos, Microsoft tiene que conseguir que la gente utilice las
licencias que tiene. De otra forma, las compañías, no comprarán la
próxima”.
Y esto es especialmente importante desde el momento en
que Microsoft quiere lanzar Longhorn, que la compañía ofrece como una
significativa mejora sobre Windows XP. Microsoft ha reconocido hace unos
días que espera lanzar el nuevo sistema operativo en la primera mitad de
2006, por lo que tendrá que recortar las grandes ambiciones puestas
sobre Longhorn.
Según sospechan algunos analistas, el hecho de
que XP no haya recibido una mayor aceptación por parte de los clientes
tiene mucho que ver con los temas de seguridad. “Los clientes tienen que
dedicar mucho esfuerzo para crear un entorno más seguro”, señaló Michael
Gartenberg.
La historia que se desarrolla dentro de las grandes
compañías contrasta con las fuertes ventas de Windows XP, que se han
beneficiado de un aumento en el mercado de nuevos ordenadores. Las
ventas de PCs, por ejemplo, ayudaron a que Microsoft tuviera un récord
de ventas durante el trimestre que finalizó el pasado mes de diciembre.
Steve Ballmer, CEO de la compañía, expresaron sus esperanzas de que Windows XP
Service Pack 2, una actualización muy enfocada en la seguridad que será
lanzada dentro de unos meses, persuadirá a muchas compañías para llevar
a cabo el cambio.
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