La mayoría de las Administraciones Públicas incumplen la normativa vigente sobre accesibilidad web, discriminando de esta forma a algunos colectivos de personas discapacitadas, como el de las personas ciegas y el de las personas sordociegas, entre otros.
Teóricamente, las sanciones por el incumplimiento reiterado de las normas de accesibilidad web pueden llegar a ser de 1.000.000 euros más la pérdida de ayudas y subvenciones estatales. Pero, a pesar de que esas faltas reiteradas son sancionables desde el año 2009, todavía no se ha impuesto ninguna multa y la mayoría de las páginas de Administraciones públicas siguen sin ser accesibles.
Un caso llamativo es el de Renfe: en 2013, un grupo de personas ciegas, junto con la Asociación Catalana para la Integración del Ciego (ACIC), solicitó la apertura de un expediente sancionador para Renfe por su falta reiterada de accesibilidad web. A día de hoy, el Ministerio de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad, que es el organismo competente para este asunto, tiene planeado archivar la denuncia porque estima que en Renfe ya se han puesto manos a la obra y que han realizado cambios sustanciales en su web en los últimos años.
Pero la realidad es bien distinta: a día de hoy, las personas ciegas siguen sin poder reservar un billete de Renfe por Internet. Si una persona ciega no quiere facilitar sus datos bancarios a nadie y quiere reservar un billete de Renfe, deberá desplazarse físicamente hasta la estación y comprar el billete, ya que no puede hacerlo por Internet. Además, existen tres informes que demuestran que la web de Renfe ni ha mejorado, ni lo está haciendo: dos de ellos fueron realizados en 2013 (uno por la INTECO y otro por Red.es), y el tercero ha sido realizado recientemente por José Miguel Moreno, un consultor web malagueño con discapacidad que se ha solidarizado con el grupo de personas ciegas que interpuso la denuncia.
Hay que tener en cuenta que las personas ciegas utilizan lectores de pantalla para navegar, entender y comunicarse por Internet. Estos lectores de pantalla los manejan desde teclado, y si una web no incorpora características accesibles las personas ciegas no podrán acceder a los contenidos y funcionalidades de la misma.
Por otro lado, conseguir que una web sea accesible para la mayoría de las personas no resulta demasiado caro. Además, la accesibilidad web también puede resultar beneficiosa para personas que no presenten ningún tipo de discapacidad, como las personas mayores, las que tienen poca experiencia en Internet o las que estén aprendiendo el idioma. Y también puede generar beneficios para la empresa: les permitirá llegar a más clientes, puede aumentar su reconocimiento social y, en algunos casos, les ayuda a cumplir con la ley.
De este problema podía tomar buena cuenta el Gobierno: destinar un par de personas a vigilar el cumplimiento de las normas sobre accesibilidad web no conlleva mucho gasto, pero sí que podría resultar muy beneficioso, sobre todo teniendo en cuenta que somos más de 1.000 millones las personas que vivimos con algún tipo de discapacidad en el mundo (cerca del 16% de la población mundial).
Para encontrar más información sobre el tema, es posible consultar este análisis sobre la accesibilidad web en España que ha publicado José Miguel Moreno en su blog. En el estudio, de las 85 páginas que se han revisado, únicamente 19 incorporaban características de accesibilidad, siendo en muchos casos mejorables las implementaciones realizadas.
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