A través del conocido efecto Casimir, que tiene que ver con la atracción mutua de objetos metálicos en el vacío cuántico, Aisha Mustafá ha desarrollado el concepto de una vacidad reflectiva móvil en la que dos láminas muy planas se mantienen muy próximas y en un momento dado se mueven para que interactúen las partículas cuánticas situadas entre ambas.
Mustafá logró resultados con láminas de silicio similares a las de las placas solares, obteniendo una fuerza de empuje infinitesimal, pero que en el espacio podría servir para impulsar un objeto dado que no hay tantas partículas en suspensión que ofrezcan rozamiento. Ya no haría falta llevar tanques enormes cargados de combustible con el que conseguir la reacción química que impulse a las naves espaciales.
Ahora falta que este incipiente desarrollo teórico con una pruebas limitadas pueda llevarse a mayor escala. Hará falta alguna empresa o institución académica con cuantiosos fondos para elaborar estudios más avanzados, pero quizá algún día, después de todo, sí que terminemos viajando a la Luna a pasar el fin de semana como el que se va a Benidorm. ─[OnIslam.net vía Fast Company /Imagen: Jezper/Shutterstock]
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