Por un lado está la poca confianza de los españoles en el comercio electrónico con respecto a otros países, luego a esto se junta el hecho de que el servicio postal y de transportes español es más caro y lento que el de otros países como el Reino Unido o Alemania.
Pero quizás el principal problema que se encontrarán, al menos con respecto a la venta de libros, es que el precio de los mismos no es libre como en otros países, sino que existen unos precios fijos, esto hace que el coste de los libros electrónicos no sea tan bajo como se espera y que ese modelo pueda tener problemas en España.
Aún así Amazon apuesta por España, como debe ser, y aunque por ahora sólo funcionará la venta de productos físicos, se espera que antes de que termine el año también vendan libros electrónicos y el fenómeno Kindle empiece a extenderse como la mantequilla en una tostada calentica.
Ahora sí que el nuevo tablet de Amazon tiene un sentido para los españoles, haciendo que la decisión a la hora de comprar un tablet se complique aún más si era posible. [ElPaís]
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