El sistema parte por un lado de un sensor que se coloca con una banda en la cabeza y luego un cable para el lóbulo de la oreja.
Su software utiliza un juego simple que, con una serie de estímulos a los que tenemos que responder rápidamente, es luego capaz de registrar nuestra actividad y reconvertir los datos en unas gráficas que nos muestran de manera sencilla nuestro estado de concentración y meditación, e incluso las áreas del cerebro con más actividad.
El dispositivo también puede utilizarse concentrándonos en algo durante 30 segundos, analizando y mostrando luego como antes nuestro estado cerebral durante el proceso.
¿Su utilidad? Pues aparte de hacer el gamba con unos cables conectados a la cabeza y la oreja, este sistema nos ayuda a conocernos un poco más a nosotros mismos y es un paso más a acercar la tecnología neuronal a la gente y sobre todo a las empresas, que gracias a estos sistemas pueden saber lo que nos interesa más realmente de una manera mucho más eficiente y directa que con encuestas. [Japan Trends]
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