Parecía que con el último pago de Samsung a Apple por 548 millones de dólares la semana pasada, se cerraba por fin uno de los capítulos de la guerra de patentes entre ambas compañías, una guerra que empezó hace más de 4 años, en 2011.
Apple comenzó demandando a Samsung por infracción de varias de sus patentes y diseños, y en 2012 finalmente obtuvo un veredicto a su favor, por el cual la compañía coreana tenía que pagarle a la de Cupertino 930 millones de dólares.
A este veredicto le siguió un recurso interpuesto por Samsung, gracias al cual pudo reducir la cuantía total en 382 millones de dólares. Hace sólo 11 días, Samsung terminó pagando a Apple 548,2 millones de dólares, pero parece que Apple no está contenta con ello y exige un pago mayor.
Apple pide que Samsung pague 180 millones de dólares más, que se deberían a 5 dispositivos de Samsung que se vendieron tras el veredicto de 2012. Probablemente esto termine reabriendo de nuevo el asunto, aunque hay que recordar que todavía estamos lejos de que la batalla legal entre los dos termine.
Quedan aún muchas demandas y contrademandas por resolver, a pesar de que irónicamente ambas compañías se necesitan mutuamente, ya que Samsung es uno de los principales suministradores de Apple y el éxito de ambas compañías está entrelazado.
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