“Apple ha perdido su magia”, decían muchos. “El iPhone 5 me ha dejado frío”, decían otros. ¿Producto decepcionante? ¿Keynote aburrida? Quizá no. El problema principal parece ser otro: Apple ya no sabe guardar secretos.
Y es que nada en el iPhone 5 fue una sorpresa: ya se sabía cómo iba a ser la pantalla, que iba a ser más delgado, cuál iba a ser el procesador, que el conector dock iba a ser más pequeño y, por saber, se sabía hasta que iba a haber nuevos auriculares y cómo iban a ser. Al perderse el efecto sorpresa, se perdió un poco la magia. La incógnita ahora está en otra cuestión: ¿es esta falta de secretismo voluntaria o se trata de filtraciones reales que no querrían desde Apple?
Son bastantes los que aseguran que todo puede ser a propósito, que a Tim Cook no le interesa tanto como a Steve Jobs lo de guardar secretos. En algunos casos, como en el tema de del nuevo conector dock, las filtraciones podrían haberse realizado para dar tiempo a otros fabricantes a crear accesorios compatibles. Eso sí, ¿por qué optar por esto y no por simplemente informar a las compañías con un contrato de confidencialidad?
La otra teoría, y la que parece ganar cada vez más adeptos, es la de que esas filtraciones están muy lejos de ser voluntarias. Pero, ¿por qué no pasaba ya con Steve Jobs?
Tim Cook no da miedo
¿Ha dejado Tim Cook de cuidar las estrategias de secretismo de Apple? A la luz de todas las filtraciones sería fácil pensar que sí, pero él mismo aseguró en mayo de este año que tenía pensado “redoblar” los esfuerzos de la compañía en sus estrategias de “secretismo en productos”. Es decir, lo que pasó con el iPhone 5 no parece que fuese lo que deseaban desde la compañía.
¿Por qué ocurre esto entonces? La teoría principal es que, a pesar de sus esfuerzos, Tim Cook no es Steve Jobs. El carácter y la inflexibilidad de Jobs eran conocidos en todas partes, por lo que es muy probable que los partners en la cadena de montaje y los proveedores de la compañía se cuidasen más de no filtrar detalles que puidesen despertar la ira del visionario CEO. Tim Cook, en cambio, transmite una imagen mucho más flexible y amable que parece haber provocado cierta relajación en lo que a secretos se refiere entre los partners.
Después está el simple hecho de que quizá Apple se haya convertido simplemente en una compañía demasiado grande como para que guardar secretos siga siendo posible. Al fin y al cabo, su cadena de montaje incluye más de 150 compañías.
Lo único seguro a estas alturas es que parece que Tim Cook ha fracasado estrepitosamente en su misión de redoblar el secretismo que rodea a los productos de Apple. Pero seguro que ya está tomando medidas para que lo del iPhone 5 no se vuelva a repetir.
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