La asombrosa instantánea se ha tomado en la Universidad Griffth de Brisbane (Australia).
La trampa de iones es algo así como el fotomatón en el que se introducía el átomo (uno cada vez) y una vez ubicado frente a la cámara bastaba (en fin, como si fuese sencillo) con proyectar luz en una determinada longitud de onda a fin de que los enlaces del átomo proyectaran la más diminuta sombra conocida hasta ahora.
Dada la dificultad del reto se empleó un átomo bien grande, en concreto de iterbio, material metálico con una masa de 173 unidades y un radio medio de 175 picómetros. Para mayor seguridad se enfrió dicho átomo a -273º para que se mantuviese estable y se añadió una lente fresnel que permitiese magnificar la sombra arrojada.
Y el resultado ahí lo tenéis. ─[Cosmos Magazine / Imagen: Centre for Quantum Dynamics]
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