Así podrían ser los videojuegos de un mañana muy cercano
Praderas fotorrealistas, bosques que se plantan a golpe de ratón con los árboles ya creciditos, meciéndose al viento y con sus ramas llenas de hojas.
Estudios virtuales en los que orientar las luces desde todos los puntos posibles para conocer qué brillos y qué sombras producirán sobre superficies complejas. Todo ello sin moverse de la butaca del programador y pudiendo comprobar en tiempo real los efectos de iluminación, enfoque, apertura de diafragma de la “cámara” virtual. Captura de movimientos a 60 hZ sobre un actor real con más de 40 puntos de referencia de movimientos…
La espectacularidad de este nuevo engine de programación promete tener únicamente un límite: la imaginación de los creadores de los videojuegos a los que dedicaremos incontables horas a pertir de tan solo unos meses. ─Antonio Rentero [KOtaku]