El truco está en hacer crecer y decrecer los niveles de energía procedentes del Gran Colisionador de Hadrones y hacer que los picos correspondientes tengan su correlato en notas musicales.
El resultado no solo tiene cierta musicalidad sino que incluso puede compararse al estilo de las habaneras, tan propias del verano en localidades costeras como Torrevieja.
Para conseguir esta sonificación, cada semicorchea se corresponde con un incremento de 5 GeV (gigaelectronvoltios). El momento álgido de la “pieza”, el hallazgo del bosón, se expresa con un pico de tres notas altas.
El salto correspondiente al momento en que el bosón hace su aparición equivale a la nota Fa, que está dos octavas por encima de la Fa precedente, un Do (también elevado dos octavas sobre el Do subsiguiente) y un Mi.
Así, cuanto mayor es la energía, más aguda es la nota, si desciende la energía, las notas son más graves. Y para terminar, todo se acompaña de unos arreglos de bajo y percusión. La canción del verano está aquí. ─[GÉANT / Discovery / Explore]
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