Asus presentó su Zenfone 2 en el pasado CES de Las Vegas y ha tardado tres trimestres en lanzar el terminal en el Viejo Continente. La espera ha merecido la pena, porque el teléfono de origen taiwanés tiene algunas especificaciones que no se suelen ver en estos dispositivos. Algunos las amarán y otros las odiarán, pero son propuestas arriesgadas, al fin y al cabo.
Una de las ventajas del Zenfone 2 es que se puede manejar perfectamente con una sola mano, a diferencia de otros terminales con una diagonal de pantalla similar (5,5 pulgadas). ¿Por qué? La forma curvada del smartphone le da un toque muy ergonómico que facilita mucho el agarre y el poder operar con el dedo pulgar mientras sostenemos el teléfono con el resto.
Parece una tontería, pero eso resulta prácticamente imposible en otros smartphones que van desde las 5,5 a las 6 pulgadas. Claro que se pueden sujetar, pero el agarre no resulta nada natural si se quiere poner a trabajar la pantalla táctil con la misma mano. Al final o usamos la otra o hacemos malabares con una, con posibles caídas como resultado final.
Ayuda mucho al manejo que en el lomo del Zenfone se encuentren los botones para subir y bajar volumen, una función que ya se había podido ver en algunos modelos de otras compañías, como el LG G3. Salvando las diferencias con la forma del botón o la situación del flash, lo cierto es que la parte trasera del Asus recuerda un poco a la propuesta de la coreana.
El Zenfone 2 es robusto y se coge muy bien, de eso no hay duda, pero si estás acostumbrado a otros smartphones extrafinos puede que este te resulte algo grueso y pesado. No ocurre al poner los dedos en los laterales (son 3,9 mm en los bordes), pero sí al pinzar la pantalla y el área más cóncavo. Son 170 gramos, un poco menos que el Mate 7 (185 gramos), pero parecen más al estar menos repartidos.
Aunque la textura de la carcasa está muy cuidada imitando a un acabado metálico y los dedos se deslizan bien sobre esta superficie, no podemos quitarnos la sensación de tener entre las manos un dispositivo algo plasticoso. Puede que nos hayamos malacostumbrado a terminales con materiales más premium, pero resulta algo común a todo el teléfono, también en la delantera. El frontal, por cierto, está recubierto de Gorilla Glass 3 para soportar caídas de hasta 1 metro de altura.
También en el frente encontramos tres botones capacitivos que nos permiten desplazarnos fácilmente por los menús y que en muchos teléfonos solo existen de manera digital. Es una ventaja para los que nunca saben cómo ir hacia atrás o la pantalla de Inicio, pero a Asus se le ha olvidado retroiluminarlos.
Que nadie espera encontrar en el Zenfone 2 una pantalla 4K ni nada parecido. El dispositivo cuenta con un más que decente panel Full HD (1080 x 1920 píxeles) con buen contraste y colores vívidos. Hay cuatro modos para escoger, que permiten controlar la temperatura del color, lo cual da muchas opciones para la visualización. Desafortunadamente, esa buena impresión se echa por tierra al salir a la calle con el terminal. A plena luz y en ambientes exteriores, apenas puede verse lo que hay en la pantalla y eso supone uno punto negativo muy grande, teniendo en cuenta que usamos el teléfono en movilidad la mayor parte del día.
Una de las mayores innovaciones del dispositivo se encuentra en sus tripas. En lugar de apostar al caballo ganador, integrando chips Qualcomm como todo hijo de vecino, la firma asiática ha sido valiente y ha integrado un procesador Intel Atom de 4 núcleos a 2,3 Ghz y con arquitectura de 64 bits. Asus ha sido de las pocas compañías que ha abrazado las arquitecturas x86 y x64 de la empresa americana. La combinación de este aspecto con su memoria RAM de 4 GB y el chip gráfico PowerVR G6430 permiten una excelente ejecución multitarea y un buen rendimiento en juegos y apps que requieren mucha potencia gráfica.
En el apartado fotográfico, el Zenfone 2 tiene una cámara trasera de 13 megapíxeles y una frontal de 5, con una apertura de f/ 2.0 que le otorga mucha luminosidad. En comparación, el Galaxy S6 dispone de un f/1.9. Puede que por ello, su óptica reaccione tan bien antes las escenas con poca luminosidad y nocturnas. La cámara cuenta con algunos modos interesantes y que tienen unos resultados bastante buenos, como el HDR.
No estamos frente a uno de esos smartphones esclavos del enchufe cada noche. Con 3000 mAh el Zenfone 2 es capaz de aguantar fácilmente un día y medio sin carga. A eso hay que sumarle que integra un sistema de carga ultrarrápida. Asus asegura que en solo 40 minutos puede llegar al 60% de carga y creemos que no ha exagerado. Sin embargo, la batería no se puede extraer de ningún modo. La carcasa sí que se puede quitar por completo para sacar y meter las dos tarjetas SIM (tiene doble ranura) o la micro SD, sin embargo, la batería está ‘sepultada’ bajo los compartimentos para estas tarjetas.
El Zenfone 2 viene con Android 5.0 de serie y la interfaz ZenUI, que acompaña a sus terminales desde el año pasado. En favor de esta última hay que decir que es muy fluida y, sobre todo, es una de las que mayores posibilidades de personalización permite actualmente, con la posibilidad de cambiar toda la apariencia de la plataforma del robot o incluir transiciones o widgets a gusto del usuario. Asus ha incluido algunas aplicaciones y servicios propios bastante útiles, aunque hay otros que no lo son mucho y simplemente copian funciones de las preinstaladas de Google. Para los que tengáis pequeños en casa destaca el modo Niños, para proteger nuestros archivos y generar un ecosistema cerrado y seguro para nuestros hijos.
Todos los ‘puntos flacos’ que hemos mencionado, por llamarlos de alguna manera, son bastante entendibles si tenemos en cuenta que el Zenfone 2 no es un teléfono de 700 euros, sino de la mitad de precio y es en ese segmento dónde debemos enmarcarlo. Valoramos mucho que Asus no haya hecho otro terminal copycat del iPhone y se haya arriesgado al presentar un smartphone diferente con innovaciones tanto en su apariencia exterior, como en su interior. No es la primera vez que Asus intenta romper la baraja. Tenemos que recordar que el fabricante inventó los Padfones, smartphones que se introducían en pantallas más grandes para funcionar como tablets. Las propuestas disruptivas, aunque no siempre bien entendidas, suponen el estandarte de la innovación y las que realmente hacen avanzar el mercado de los teléfonos inteligentes.
El Zenfone 2 ya está disponible en España desde hace unas semanas. Su precio oficial es de 349 euros para la versión de 4GB de RAM y 32 GB de memoria, la única que se está distribuyendo en Europa. En versiones con menos memoria RAM y una pantalla de solo 5 pulgadas su coste se reduce a menos de 200 euros.
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