La Bolsa al margen del dólar
La cita con los bancos centrales se ha saldado de momento sin cambios, a
pesar de los rumores que circularon profusamente por el mercado sobre un
posible recorte de tipos del BCE acompañado de una inminente subida de
la Fed. El rebote del dólar, cuyo cruce con el euro se ha situado en
niveles de Diciembre 2003 tras remontar más del 6% desde los mínimos de
hace dos semanas, ha aliviado la presión sobre el BCE, que tiene motivos
para preocuparse por un repunte de la inflación si continúan subiendo
los precios del petróleo, que se acercan a los máximos de la guerra de
Irak de hace un año.
En todo caso, la situación es
tremendamente cambiante, pues tras el mal dato de empleo de Febrero en
Estados Unidos el dólar ha vuelto a iniciar la senda bajista, y algunas
previsiones apuntan incluso a un recorte de 50 puntos básicos por parte
del BCE en próximos meses en el momento en que el euro se sitúe por
encima de 1,30 dólares.
Sigue el baile de movimientos
corporativos, y tras las numerosas operaciones anunciadas en las últimas
semanas se ha desvelado la integración de la belga Interbrew y la
brasileña AmBew para crear la mayor cervecera mundial, al tiempo que
Telefónica negocia con Bellsouth la adquisición de sus activos de
telefonía móvil en Sudamérica por 5.500-6.000 millones de dólares.
Es previsible que en el futuro inmediato se produzcan nuevos anuncios, lo que
empujará al alza las cotizaciones de las compañías compradas y
penalizará a las compradoras; entre tanto, seguirán proliferando las
especulaciones y quinielas sobre las nuevas operaciones que puedan tener
lugar, lo que constituirá un factor más que apoyará la subida de las
bolsas.
Resultados empresariales: expectativas optimistas
Los datos económicos publicados recientemente no han sido excesivamente
positivos, aunque sigue prevaleciendo el optimismo sobre las
posibilidades de recuperación de la economía mundial. Asia se está
configurando como el posible motor de este relanzamiento, seguido de
cerca por Estados Unidos, mientras que otras regiones – entre ellas
Europa – irán a remolque como casi siempre.
Continúa la
fuerte ola de comentarios que se inició hace unas semanas por parte de
la Fed. En esta ocasión Greenspan declaró a finales de la semana pasada
que se ha logrado la estabilidad de precios y que el rango que define
tal estabilidad de inflación es 0,5 por ciento -1 por ciento. Aunque no
detalló a que índice se refería, es notoria la coincidencia de que el
deflactor subyacente anualizado del consumo se encuentra en 0,8 por
ciento.
Sin embargo el matiz más interesante va entre líneas. Si
efectivamente ya estamos ahí significa que el riesgo de deflación es
todavía inferior con lo cual, si se produjeran repuntes en los precios
podríamos entra en zona de incomodidad antes de lo que el mercado podría
estar considerando en este momento. Es por esto que podría suceder que
ni siquiera se produzca la señal de incremento de precios y que la Fed
decida subir tipos basándose en otras variables o en la proyección de la
senda que podrían tomar en caso de no hacer nada.
Otro
bloque de declaraciones destacable es que Greenspan considera que el
declive del dólar debería de ayudar a corregir el déficit por cuenta
corriente sin llegar a generar mayores perturbaciones. Añadió que las
fuertes intervenciones cambiarias de los países asiáticos no están
impulsando fuertemente al euro, y que el yuan chino ha de desligarse
gradualmente del dólar para no generar riesgos para el sistema bancario
chino y la economía global.
Sin embargo, si no se hubieran
producido esas intervenciones de compra de dólares el dólar podría haber
caído más acelerando la corrección de la balanza por cuenta corriente.
Además de esto añadió que los tipos se han mantenido bajos hasta ahora
por una buena razón pero que tendrán que subir hasta una posición más
neutral en algún momento, ya que no concuerdan con la estabilidad a
largo plazo.
En nuestra opinión todo esto debería al menos hacer
sospechar al mercado que las intervenciones (aunque pequeñas) podrían
estar más cerca de lo que se está descontando actualmente.
Todo lo anterior traza un panorama que sigue siendo muy favorable para la
renta variable, con muchos índices en máximos anuales gracias al
continuo flujo de fondos hacia las bolsas, a pesar de que las
valoraciones están cada vez más ajustadas, lo cual debería invitar a
cierta cautela. El optimismo de los inversores sigue cerca de máximos
aunque ha comenzado a descender, lo que podría ser un primer indicio de
un posible cambio de tendencia a corto plazo.
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