Por lo visto, los familiares de los niños autistas tienen grandes dificultades a la hora de comunicarse con ellos, pero las máquinas son tremendamente efectivas. Eso es lo que tenían los desarrolladores de Bandit en mente, cuando lo diseñaron en la Universidad de California del Sur. El robot tiene cámaras incorporadas en los ojos, y lo único que hace es aparentar emociones. Por lo visto, es suficiente para que un niño autista se comunique con él de mejor manera. Si el niño le habla al robot, por ejemplo, es un investigador desde otra habitación quien responde por boca de Bandit.
El psicólogo Simon Baron-Cohen, al igual que muchos otros, cree que esto es, básicamente, porque los objetos y artilugios electrónicos son predecibles. Por lo visto, es la impredecibilidad de la gente lo que hace al autista apartarse del mundo de las personas, para centrarse exclusivamente en el de los objetos. Porque un objeto, incluso un ordenador, puede saberse lo que va a hacer a continuación en el 90% de los casos.
Todo avance que permita ayudar a las personas que lo necesiten de verdad, siempre es bienvenido. Para los interesados, hay más detalles en en enlace de la fuente. —Javier G. Pereda [PopSci]
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