El asunto es que los gestores de Edogawa Kyotei estaban cansados de que los apostadores tiraran los tickets no premiados al suelo, los muy cerdos. Así que llamaron a Viuda de Kabuto e Hijos que construyeron para ellos este ingenio que está funcionando, pues los jugadores prefieren darle de comer a la cabrita. Parece ser que al darle el ticket la cabra dice: “Tu frustración ha sido digerida para que tengas más suerte en la próxima carrera” en lugar, por ejemplo, del socorrido “Yo soy Nonó, la cabra-robot, tu amiga fiel”. El caso es que la cabra, que tiene una gruesa capa de piel blanca y unos sensores de detección de billetes en la boca, se nutre de más de 500 billetes al día que de esta forma evitan acabar decorando el suelo del local. Una vez más la máquina consigue vencer a la estupidez de la raza humana. — Eduardo Lozano. [Asahi vía Pink Tentacle]
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