Todo comenzó en el Instituto Nacional de Ciencias de los Materiales en Japón, donde Yoshihiko Takano y sus colegas estaban realizando unos experimentos sobre superconductividad, creando material con dichas características a partir de un compuesto que se remojaba durante horas en diferentes mezclas de agua caliente con ethanol.
Al obtener buenos resultados los científicos decidieron celebrarlo y claro está, una cosa llevo a la otra y al final terminaron montando un botellón en pleno laboratorio con sake, whiskey, vino, cerveza…
En algún momento de la fiesta su estado etílico fue tal que decidieron seguir con el experimento usando las reservas de alcohol que les quedaban. Sorprendentemente al usar vino pudieron comprobar que la conductividad mejoró un 23% y que frente al 15% de material convertido en superconductor al usar etanol, con vino fue un 62%.
Posiblemente después de esto la fiesta fue luego a mayores y probablemente pasarán varios días hasta que se les pase la superresaca. Ante esto varias preguntas pasan por mi cabeza ¿Tendrán también los materiales resaca? ¿Habrá diferencia según la denominación de origen del vino? ¿Que pasaría si utilizan absenta negra o martini con vodka mezclado no agitado?— Dani Burón [Cornell]
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