Los vehículos en cuestión se podrían alquilar en los centros neurálgicos tales como estaciones de tren y autobús o aeropuertos de forma que incentivaran el transporte público para cubrir el último tramo del viaje. Después se dejarían plegaditos y apiladitos liberando espacio para el ciudadano, puesto que cabrían de 6 a 8 en el espacio de una sola plaza de aparcamiento. Parece ser que el ideón que hay detrás es una rueda robotizada omnidireccional controlada por software que contiene un motor eléctrico y ofrece una excepcional maniobrabilidad, además de hacerse cargo de la suspensión, la dirección y los frenos. Aquí puedes ver el City Car en acción Y, por último, si algún día se pone en marcha el proyecto y te toca ser usuario, recuerda no dejarte el Sony Vaio nuevo en el asiento del copiloto.— Eduardo Lozano. [Technology Review vía CarLounge]
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