Sus diseñadores son Michal Vlcek y Klavir, quienes no dicen nada sobre cómo puede transformarse la energía de la fotosíntesis en aprovechable para impulsar el vehículo. La fotosíntesis produce azúcar, y de éste se puede obtener biocombustible, pero cómo aprovecharía esto el coche no queda claro.
Además, si os fijáis, en su interior tiene un joystick, con el que se controlaría. De todos los conceptos o diseños, éste se lleva la palma al menos explicado. Parece que más que por la fotosíntesis se impulsa por la imaginación. Aunque si se comercializara y las plantas fueran de marihuana, según lo que hicieras con ellas es posible que realmente le vieras impulsarse. —Javier G. Pereda [Klavir vía The Design Blog]
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