Ni que decir tiene que el aspecto más importante de un post es la calidad del contenido. Para lograr un blog de éxito, hay que crear entradas con i nformación interesante y exclusiva. Hacer un diario personal puede llenarnos interiormente y gustar a nuestros amigos y familiares más cercanos, pero es muy probable que más allá de este círculo de gente no interese a nadie más. A poca gente le interesará saber lo que nos ocurre cada día o conocer nuestros pensamientos internos, salvo que seamos un personaje popular o nuestra forma de contarlo sea extraordinariamente atractiva. Si así fuera el caso, el éxito está ya casi garantizado.
Otro aspecto también muy importante es la actualización de nuestra web. En cierta medida, esto también aporta calidad a nuestro blog. Si no podemos tener contenido nuevo todos los días, hay que procurar que no pasen largos períodos de tiempo sin actualizar. Este es uno de los aspectos que más deteriora una bitácora. Además de perder visitas progresivamente, los robots de los buscadores y rankings dejarán de visitarnos a menudo e iremos perdiendo posiciones en las clasificaciones.
Es fundamental publicitar nuestra bitácora, es decir, hay que conseguir que lo conozca el mayor número de personas posible. Podemos tener contenido interesante, de calidad y actualizarlo a diario, pero si nadie lo sabe estamos perdiendo el tiempo. Internet es muy grande y que alguien entre de casualidad es harto difícil. Tenemos que promocionar nuestro blog, pero ojo, sin caer en el spam multitudinario e indiscriminado, porque el efecto será el contario.
La idea es darnos a conocer a visitantes potenciales. Si les gusta se lo dirán a otros y éstos a más gente creándose una espiral comunicativa (y gratis). En esto se basa el llamado Marketing viral. Un buen ejemplo lo constituyen campañas sorprendentes, o misteriosas, cuyo objetivo es “hacer ruido en Internet“, es decir, llamar la atención (lo de toda la vida). Si es así, los internautas (o incluso las televisiones) propagarán nuestro blog de email en email, como si fuera “un virus”.
Un claro ejemplo de esto fue la campaña “Amo a Laura” de la MTV, que ocupó numerosos titulares de distintos medios de comunicación digitales, prensa y audiovisuales. En estos casos, Youtube se ha convertido en el mejor catalizador de la Red.
Por otro lado, para los visitantes entiendan nuestros posts, tienen que estar mínimamente estructurados. No hay que escribir según nos vayan surgiendo las ideas, sino que hay que redactar el mensaje de manera ordenada. El cómo, dependerá ya del estilo propio de cada blog. Aquí es importante el uso, que no abuso, de las negritas, que muestran claramente las palabras clave e ideas de cada párrafo y orientan la lectura del visitante. Así, de un vistazo puede ver lo que se trata en cada parte del texto y leer sólo aquella que le interese. (Sigue…)
Es importante cuidar la ortografía. Internet puede ser una selva, pero las normas lingüísticas a la hora de escribir hay que respetarlas. El lenguaje SMS empleado en los móviles resulta práctico a la hora de ahorrar palabras, pero en Internet no tenemos esa limitación, luego hay que escribir correctamente. Cometer faltas de ortografía en un post sólo proyectará una imagen muy pobre sobre nosotros y lo que estamos contando. Ni que decir tiene que nuestra credibilidad descenderá.
Un buen post comienza por un título atractivo. Sin caer en la exageración o el alarmismo (según el tipo de blog), el título será la clave para que el lector se sienta atraído y lea el contenido. Lo ideal es que comunique la idea del contenido que viene a continuación.
No hace falta escribir la Biblia en cada post. El contenido no debe ser demasiado extenso. Recuerda aquello de “lo bueno si breve dos veces bueno”. Los internautas somos impacientes por naturaleza y rara vez nos entretenemos más de 2-3 minutos en un texto. Salvo que se imprescindible o muy interesante, los usuarios leerán por encima los primeros párrafos y pasarán a otra cosa. Si es necesario, divide (el post en dos o más entregas) y vencerás.
Escribir en Internet no es como hacerlo para medios escritos, no es necesaria una retórica que termina aburriendo. El lenguaje debe ser más directo, no te líes con excesivos sinónimos. No te importe repetir varias veces las palabras claves a lo largo del post. La lectura será más cómoda y los buscadores te lo agradecerán situándote en buenas posiciones cuando alguien realice una consulta.
El reconocimiento del trabajo de otros siempre hay que tenerlo presente en la red, donde campa a sus anchas el copy & paste. Si la información la hemos sacado (o copiado) de otra web hay que indicarlo. Siempre que el contenido no sea original y propio se debe citar (y enlazar) la fuente y/o la web donde lo descubrimos. Si son ambos, mejor aún. La fórmula la archiconocida (pero poco usada): fuente vía web.
Las recomendaciones finales antes de publicar van en el sentido de comprobar, de nuevo, que todo está correcto, que los enlaces funcionan bien, que las imágenes aparecen (son esas) y están en su sitio, etc. Para esto, una vista previa del post será nuestra gran aliada. Cuando hayas terminado, pulsa publicar y que sea lo que San Santiago quiera.
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