Es fácil imaginar a Mark Zuckerberg creando su lista de propósitos para 2015 y subrayando varias veces la palabra “vídeos”, ya que este está siendo el año en el que de pronto todos nuestros timelines se han empezado a llenar de contenidos de este tipo subidos directamente a la red social, y no a través de un enlace a YouTube. Facebook ha visto el filón y el éxito ha sido rápido… casi tanto como la llegada del primer gran problema: la piratería.
Las quejas no tardaron en llegar: como le pasó a YouTube en su día, muchos de los vídeos que se suben a la red social infringen derechos de autor y los propietarios y creadores enseguida le dieron un toque a Facebook. ¿Podrían hacer algo para asegurarse de que quien publica vídeos en la plataforma tiene los derechos? Y Facebook ha dicho que sí.
Esta misma semana, poco después de anunciar que están trabajando en M, su propio Siri, se hicieron eco también de las críticas de los creadores de vídeos e indicaron que habían preparado una tecnología para que pudiesen reclamar contenidos como suyos. “Hemos oído de algunos de nuestros partners de contenidos que terceros usan mal sus contenidos en Facebook con demasiada frecuencia”, explicaron en un post en su blog. “Queremos que los creadores sean reconocidos por los vídeos que poseen”.
¿En qué consiste el plan? Se trata de una tecnología, de momento disponible solo para algunos de sus partners, con la que los creadores pueden proteger los vídeos que quieran subiéndolos a una plataforma especial. Facebook comparará de forma automática estos vídeos con los que los usuarios suben y avisará cuando haya alguna coincidencia.
El camino hacia YouTube
No es ningún secreto que Facebook tiene a YouTube en su punto de mira. Con una estrategia muy centrada en convertirse también en una plataforma para compartir vídeos, la red social anunció el pasado mes de abril que los usuarios ya visionaban 4.000 millones de vídeos de forma diaria, y los expertos estiman que le número tiene que ser mucho mayor ahora.
Para atraer a los creadores de contenido, no obstante, hacía falta convertirse en un lugar más atractivo que YouTube, para lo que tendrían que cumplir tres requisitos: una buena base de usuarios, la posibilidad de ganar dinero con los vídeos y la garantía de que se respetarán sus derechos de autor.
El primer punto está más que cubierto. Facebook ofrece una audiencia potencial de casi 1.500 millones de usuarios activos mensuales, que no está nada mal. Los otros dos puntos son los que la red social se ha puesto a intentar mejorar en los últimos meses. Además del anuncio de esta semana de que el tema de la piratería estaba siendo estudiado para poder acabar con él cuanto antes, a principios de verano empezaron también a ofrecer a algunos de sus partners la posibilidad de repartir los beneficios generados por sus vídeos. El reparto, 45 para Facebook, 55 para el creador, es el mismo que ofrece YouTube.
¿Es de verdad Facebook una amenaza para la plataforma de vídeos de Google? Aunque el funcionamiento es diferente (nadie busca vídeos en Facebook porque de momento el tema del buscador de la red social sigue estando pendiente), es fácil ver el conflicto de intereses y cómo han cambiado los timelines en los últimos meses. Antes la gran mayoría de vídeos eran enlaces de YouTube. Ahora estos han casi desaparecidos. ¿Estamos ante la próxima guerra de la tecnología?
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