Cuántas discusiones en la cocina a cuenta de si has puesto la pasta o el arroz o las legumbres en el momento adecuado, dependiendo de si había burbujas en la superficie del agua o no y de la intensidad de las mismas.
Si comienza a emplearse esta técnica en el ámbito doméstico no te va a quedar ni la excusa de “pero si ya se veían las burbujitas, cariño”. Y todo gracias al efecto Leidenfrost que permite que el calor de las nanopartículas que forman estas bolas metálicas transfiera su calor al agua que la rodea sin llenar todo el recipiente que la contiene de las habituales burbujas que aparecen cuando el agua entra en ebullición.
El vapor generado en torno a esas nanopartículas a 400 grados centígrados no escapa mucho más lejos de su superficie pero sí va contribuyendo a elevar la temperatura del agua hasta que se equilibran sus temperaturas, momento en el que el agua alcanza los 100 grados en una calma inusual, carente de las habituales burbujas… con los peligros que puede comportar esto en casos de querer comprobar dicha temperatura metiendo la mano, ojo con eso.
Vaya, quizá después de todo no sea algo tan práctico para la vida cotidiana. -[Nature]
Los usuarios denunciaban que la compañía los había rastreado incluso cuando usaban el modo privado…
El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial financiará aquellas iniciativas que puedan solucionar incertidumbres científicas o…
Solo en el cuarto trimestre las empresas emergentes del país han levantado 1.500 millones de…
La región tiene 13 scaleups y destaca por sus empresas emergentes de salud y agrotech.
Valencia ha atraído en el primer semestre del año 30 millones de euros de inversión…
El diario estadounidense demanda a las dos compañías tecnológicas por haber usado sus contenidos para…