Cómo reducir el estrés en el equipo de tu startup

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No solo los fundadores de las startups son presa del estrés, también sus empleados. Pero reducir ese estrés es posible.

Startup y estrés son palabras que muchas veces aparecen cercanas en la misma frase. Iniciar un negocio nuevo e innovador, luchar contra viento y marea para conseguir llegar adonde te has propuesto, intentar destacar entre los competidores o hacer que el mundo se dé cuenta de lo mucho que necesita tu producto, buscar financiación (mantener contentos a los inversores), trabajar como una hormiguita, casi sin descanso. El estrés es inevitable.

Inevitable para los emprendedores, parece decir el mundo, que olvida muchas veces que trabajar en una startup puede ser también estresante aunque seas un simple empleado. Los fundadores deberían saber que un equipo estresado no es recomendable: trabajarán peor, se sentirán peor, tendrán peor salud, acabarán por dar mucho menos del 100% de su capacidad. Pero ¿cómo ayudar a tus empleados a salirse de ese torbellino de actividad y velocidad, de cosas que hay que hacer ya (o ayer)? ¿cómo ayudarlos a dar un paso hacia un lado y respirar, para volver al torbellino más frescos y tranquilos?

1. Clima de confianza. Intenta que en la startup reine un clima de confianza, de forma que los miembros de tu equipo no se sientan cohibidos a la hora de tener que contarte cosas. Que puedan compartir contigo sin problema sus preocupaciones (y alegrías), dar su opinión y sugerir ideas y cambios, les ayudará a sentirse más valorados y parte de la startup, lo que ayuda a reducir el estrés.

2. Transparencia. Relacionado con el punto anterior: que esa comunicación sea bidireccional. Igual que ellos te cuentan cosas, comparte con tu equipo cómo va todo. Lo que va mejor y peor, lo que te preocupa y lo que está saliendo bien. Muchas veces notar que te están ocultando cosas hace que el estrés crezca (¿irá todo muy mal y están a punto de despedirme?), es siempre mejor saberlo. Además, al compartir lo importante con tu equipo, puede que tengan soluciones que a ti no se te había ocurrido.

3. Trabajar hacia un objetivo común (y elevado). Que la motivación no sea puramente económica. El objetivo de la startup no es ganar mucho dinero, es cambiar la vida de la gente para mejor. Asegúrate de que todo tu equipo conoce y comparte esa visión. Trabajar por algo en lo que crees ayuda a trabajar con más ganas y más tranquilo.

4. Celebrar las pequeñas victorias. Tener una startup es difícil y parecerá que todo son obstáculos, desde luego, pero de vez en cuando hay también victorias. Por muy pequeñas que sean, es importante ser capaz de reconocerlas y celebrarlas. Ayudará al equipo a ver que se está yendo por buen camino, que las cosas no van tan mal como parecía y que todo empieza a dar fruto. Nada como eso para que los niveles de estrés se reduzcan.

5. Valorar el tiempo libre. En las startups siempre parece que las horas del día se quedan cortas y que el equipo es demasiado pequeño, pero no dejes que eso te haga caer en jornadas de trabajo eternas. Está más que demostrado que trabajar sin descanso daña mucho la productividad, así que asegúrate de que todo tu equipo -tú incluido -tiene tiempo libre. Días libres, vacaciones, etc. Las actividades en grupo que no tienen nada que ver con el trabajo también ayudan a desestresar, pero asegúrate de que todo el mundo quiere hacerlo (es decir, no obligues al equipo a un “fin de semana de aventura”, porque es posible que tengas algún empleado al que le estrese más solo pensar en tener que hacer algo así).

6. Invertir en formación. No siempre es posible, pero si puedes, ayuda a tu equipo a mejorar. Invierte en su formación y desarrollo -solo si quieren, obligar nunca es buena idea -, entérate de qué áreas querrían mejorar que podrían ser beneficiosas para la startup y busca opciones. Quizá no puedas pagarles un curso, pero si ellos quieren hacerlo (y pagárselo), simplemente permitir que se vayan una hora antes para poder asistir será muy apreciado.

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