Confesiones de un reparador de fotocopias
Antes de que sea demasiado tarde, un consejo para la fiesta de Navidad de la empresa: no rompas la fotocopiadora con tu trasero. Vamos, con el culo. En el Reino Unido, dónde todo hay que decirlo, no es que tengan culos particularmente atractivos (al menos comparando con el nivel medio en España, Italia o Suecia), un 32% de los técnicos de Canon dicen que en Navidad les llaman por roturas en el escáner de la fotocopiadora por razones no relacionadas por el trabajo. Y cuando se trata de pesos encima de una fotocopiadora, sólo hay dos razones posibles: inmortalizar la salva sea la parte y la otra razón.
“Geoff Bush, del norte de Inglaterra, dijo que uno de los casos que atendió, dónde una chica joven rompió el cristal en medio de una sesión, también averió el mecanismo interno. Cuando lo arreglaron ella y sus colegas, ya sobrios, tuvieron que ver como su trasero salió de su máquina”
Obviamente, fotocopias del mismo, no su trasero literalmente. O sí. No sé. Es viernes, estoy en la cama con un catarrazo olímpico y lo último en lo que quiero pensar es en culos, la verdad.