Conocimiento y trayectoria

La contratación de un ejecutivo TI ha abierto una escisión más en el ya de por sí competitivo mercado de Internet. Los líderes del sector se enfrentan a la tan temida filtración de información sensible que, en cuanto a estrategias de negocio, podría hacer peligrar los cimientos relacionados con una de las actividades más atractivas del momento: la búsqueda online.

La pieza clave del desaguisado se define con la contratación de un directivo, supuestamente poseedor de los proyectos confidenciales que una de las compañías TI de mayor prestigio tiene preparados para su inmersión en el emergente mercado asiático. El asunto, de hecho, no ha pasado desapercibido para los tribunales estadounidenses quienes deben decidir el futuro laboral del ejecutivo.

Los argumentos de cada coloso no sólo se basan en términos de competencia empresarial sino que, rompiendo la barrera, parecen determinar la misma corriente vital de lo que no deja de ser un empleado, por mucho conocimiento y experiencia que observe. En otras palabras, el organigrama de una compañía no puede ni debe depender de las oportunidades profesionales que se abran a sus trabajadores porque, en caso contrario, ¿de qué tipo de corporación estaríamos hablando?

Los tiros van, obviamente, por otro lado. El potencial que esconde Internet ha facilitado la apertura de innumerables alternativas que sólo los más entendidos pueden desarrollar tanto a niveles empresariales como tecnológicos. Es más, la dimensión que las TI hacen realidad tanto en este presente como en un futuro muy próximo, unida a la eclosión del mercado chino, han originado el primero de una larga serie de combates que próximamente lidiarán los grandes. Pero que no se excusen con el conocimiento de un individuo que, por muy ingente que parezca, nunca podrá incidir en la trayectoria de una multinacional que se precie.