El experimento formaba parte de programa de verano de ingeniería organizado no por el Dr. Maligno, el Dr. Doom o cualquier otro supervillano con doctorado en ciencias, sino por Cooper Union, un colegio universitario privado de Manhattan.
Según el profesor de física a cargo del experimento, el cerebro de las cucarachas está programado para responder rápidamente a impulsos por lo que una manera de comprobarlo fue introducirles dos cables directamente en el cerebro, acoplarles un circuito eléctrico y luego conectarlo todo a un iPod con música que las haría retorcerse como si estuvieran “bailando”.
También comprobaron un método para poder controlar la dirección en la que se movían y básicamente tener cucarachas a radio control de una manera rudimentaria.
Total que si el día de mañana ves una cucaracha bailando breakdance, yendo en monopatín, tomando refrescos y básicamente actuando como en un anuncio adolescente, que sepas que no es que tengas que dejar de beber tanto por las noches, sino que probablemente está siendo controlada por alguien… y luego nos quejamos si terminamos como en Starship Troopers. [NYT]
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