Cortando el cable
Hacemos un repaso por las diferentes tecnologías inalámbricas actuales y
algunas que están por llegar.
Están de moda
Que las tecnologías inalámbricas están de moda no es nada nuevo, que
éste será el año de cortar los cables, como han dicho la mayoría de las
consultoras, tampoco, y que la evolución de las mismas es rápida e
imparable, mucho menos. El caso es que la industria, las compañías y los
consumidores sepamos adaptarnos a ellas y entremos en esa marea de
grandes cambios.
Bluetooth ya está implantada desde hace tiempo;
Wi-Fi lucha duramente por implantarse a gran escala mientras se suceden
una letra tras otra para enmarcar el 802.11; con WiMax saltamos al
802.16; Ultrawideband quiere entrar en el hogar; conceptos, denominados
por algunos como utopías, que hablan de hardware comunes y programas de
software que determinen qué tipo de dispositivo inalámbrico es y qué
función tiene, y mientras, los móviles de tercera generación capaces de
enviar y recibir datos.
Bluetooth
Bluetooth es una tecnología inalámbrica de área local desarrollada por
el Bluetooth Special Interest Group (www.bluetooth.com), fundado en 1998
por Ericsson, IBM, Intel, Nokia y Toshiba. Bluetooth es un estándar
abierto para la transmisión de corto alcance de voz digital y datos
entre dispositivos móviles y PCs de sobremesa
Bluetooth
proporciona una transferencia de datos de 720Kbps en un rango de acción
de entre 10 y 100 metros. A diferencia de los rayos infrarrojos, que
requiere que los dispositivos están uno frente al otro para poder
operar, Bluetooth utiliza una onda de radio ominidoreccional que puede
transmitirse a través de paredes y otras barreras que no sea metálicas.
Destacar también que Bluetooth utiliza la banda de los 2,4GHz y la
tecnología funciona de tal manera que si hubiera interferencia con otros
dispositivos la transmisión no se detiene, aunque sí se ralentiza.
Como curiosidad, el nombre Bluetooth proviene del rey danés Harald Blatan,
apodado Bluetooth, que en el siglo X empezó a cristianizar el país. La
compañía Ericsson fue la primera en desarrollar esta especificación.
Wi-Fi
Wi-Fi, cuyas iniciales se corresponden con Wireless Fidelity, es un
conjunto de estándares para redes inalámbrico basado en el IEEE 802.11,
o Ethernet Inalámbrica. En un principio estas siglas únicamente hacían
referencia a 802.11b, el estándar dominante. Sin embargo, con el
desarrollo de nuevos estándares, y para evitar confusiones el término
Wi-Fi se aplica a todos los aparatos o soluciones provistas con
tecnología 802.11, ya sea 802.11a, 802.11b, 802.11g, 802.11i, 802.11h,
802.11e, con diferentes frecuencias y velocidades de transmisión.
Como hemos comentado el 802.11b fue el primero en aprobarse. Con unas
velocidades de transferencia de 11Mbps y funcionando en el rango de
frecuencia de 2,4Ghz había problemas de interferencia con Bluetooth,
además de que la frecuencia, sobre todo en Estados Unidos, donde las
nuevas tecnologías tiene un despegue más pronto, pronto quedó colapsado.
Fue entonces cuando empezó a desarrollarse el 802.11a, un estándar que
funcionaba en los 5GHz y ofrecía una velocidades de transmisión de 54
Mbps. El problema en este caso fue su despliegue en Europa, pues la
banda de los 5GHz está destinada a usos militares. De esta forma,
mientras en países como Estados Unidos o Japón el 802.11a despegaba con
fuerza, en Europa nos quedábamos rezagados, pues hasta hace apenas unos
meses no se ha liberalizado ese rengo de frecuencia y además,
limitándose a una potencia determinada.
Sin embargo, los
fabricantes no se dieron por vencidos ante los problemas europeos
respondieron con la 802.11g, que funcionando en los 2,4Ghz y siendo
completamente compatible con la 802.11b, ofrecía la misma velocidad de
transmisión que la 802.11a, aunque ésta última era una mejor tecnología.
Respecto a los otros estándares, acabados en i, h o e, representan mejoras
respecto a los a, b o g. La seguridad es la clave principal del 802.11i,
que incluye mejoras respecto a los sistemas de encriptación de datos que
se envían a través de la red inalámbrica.
La norma 802.11f habla
de una especie de roaming. Los estándares mencionados hasta ahora
permiten la conexión de los terminales dentro de una misma subred IP.
Esta norma supone un nuevo estándar que define la intercomunicación
entre puntos de acceso de distintos fabricantes (facilitando el roaming).
WiMax
Las diferentes normas o estándares 802.11 continúan mejorándose, tanto
en términos de compatibilidad como de velocidad. Pero lo cierto es que
la nueva tecnología inalámbrica 802.16a, o WiMax, dejará atrás a Wi-Fi
tanto en ancho de banda como en alcance.
Mientras Wi-Fi está
pensado para oficinas o dar cobertura a zonas relativamente pequeñas,
WiMax ofrece tasas de transferencia de 700Mbps, lo que supone 35 veces
la velocidad del ADSL, a distancias de hasta 50 kilómetros. Su rango de
frecuencia todavía no está definido, pero por el momento es lo
suficientemente ancho como para que no haya saturaciones ni
interferencias, entre 10 y 66GHz.
Esta mayor cobertura permitirá
a los proveedores de servicios ofrecer acceso a Internet de banda ancha
sin tener que tender el cable físico hasta el final, lo que se conoce
como última milla, por lo que esta tecnología, que no será una realidad
hasta finales de 2005, está considerada como una alternativa más barata
a las líneas de suscripción digital y a los accesos de cable de banda
ancha, ya que los costes de la instalación de una infraestructura
inalámbrica son mínimos si se comparan con las versiones de cable.
UltraWideBand (UWB)
Esta tecnología inalámbrica utiliza menos energía y proporciona mayor
velocidad que Wi-Fi o Bluettoth, de hecho es casi mil veces más rápida
que Wi-Fi, por lo que muchos han dicho que servirá para jubilar a ambas.
No obstante, parece que estará más enfocado a su utilización en el
hogar, donde un mismo emisor podrá mandar diferentes señales, tanto de
música como de vídeo, a diferentes receptores asociados a determinados
dispositivos de consumo.
Aunque ha sido desde hace un par de
meses cuando este concepto está en boca de todos, la UWB fue inventada
por Gerald Ross, de la compañía Sperry Rand Corporation, a finales de
los años ’60, con fines militares; posteriormente esta tecnología pasó a
estar también a disposición de la policía y no ha sido hasta febrero de
2002 cuando la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones de Estados
Unidos) aprobó la UWB para aplicaciones de corto alcance.
No
obstante, no se espera que esta tecnología esté disponible a nivel
comercial antes de 2008.
RFID (Radio Frequency Identification – Identificación por
radiofrecuencia)
Con esta tecnología inalámbrica, adiós a los códigos de barras.
Utilizada desde 1994 por el departamento de defensa estadounidense para
seguir el rastro de sus contenedores de envío.
El RFID es una
tecnología inalámbrica de captura de datos, que utiliza etiquetas
dotadas de un microchip y un circuito impreso a modo de antena, capaces
de emitir una serie de dígitos que sustituye al actual sistema de leer
las etiqueta de código de barras ante un lector. Las etiqueta se adhiere
al producto en el momento de su fabricación, y pueden ser utilizadas
para rastrear a distancia los artículos desde el ese momento hasta su
venta al cliente final, facilitando el control y la mecanización de la
logística necesaria para la comercialización del producto.
Esta
tecnología promete revolucionar el canal de distribución aunque, como a
sus primas, todavía le queda para su implantación a gran escala.
Mesh Netwoks (redes en malla) o redes ad hoc
Aunque no se trata de una tecnología inalámbrica en sí misma, sino un
concepto, la hemos incluido en este reportaje por estar directamente
relacionada con el “cortar los cables”.
La Mesh Networking es un
sistemas de cooperación en red, pero en una red inalámbrica, que hace
que cualquier dispositivo móvil se convierta en un router creando un red
ad hoc. Los miembros de esa red no dependerían de una hub central de
enrutamiento para distribuir los datos, sino que la información pasa de
un aparato a otro hasta llegar a su destino.
De esta forma, cada
uno de los dispositivos móviles cede un poco de su poder de
procesamiento para enrutar y se crea una especie de cooperativa
inalámbrica y espontánea. Se perfila similar a la grid computing, en la
que los usuarios ceden parte de la capacidad de procesamiento de sus PC
para llevar a cabo tareas a gran escala. Quizá la podríamos denominar la
grid computing inalámbrica.