Chocolate, metal y un sinfín de materiales pueden usarse ya con las impresoras 3D, pero la técnica desarrollada por los investigadores del Carnegie Mellon no consiste en poder imprimir con un nuevo material, sino el poder usar impresoras 3D que usen termoplásticos para generar con ellos fibras y pelo.
Probablemente todos hemos podido experimentar como el queso fundido o el chicle se estiran formando hebras, esto ocurre también con el pegamento caliente, con la peculiaridad de que una vez se enfría, el material se mantiene sin deshacerse o perder flexibilidad.
La idea de este sistema para crear pelo con impresoras 3D es similar, consiste en soltar un poco de material caliente y antes de que se enfríe, mover rápidamente tanto el cabezal de extrusión como la bandeja.
En un principio podría parecer que el resultado obtenido no fuera muy regulable, pero gracias a su software pueden controlar la densidad, longitud y espesor de las fibras, pudiendo crear desde pelo artificial que puede peinarse, cortarse e incluso hacer trenzas con él, hasta cepillos de todo tipo.
Lo mejor de todo es que en un principio el sistema no requiere impresoras 3D especiales, el único requisito parece ser que funcionen con termpolásticos como el PLA y que puedan combinar el movimiento del cabezal y bandeja simulatáneamente para conseguir una velocidad adecuada.
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