Descubierto exoplaneta apto para albergar vida
Gliese 581 es una estrella situada en la constelación de Libra. No, no es el nombre del planeta: en cuestión de planetas extrasolares, la nomenclatura común es agregar una letra minúscula al nombre de la estrella, comenzando por la b. Así, por ejemplo, el segundo planeta descubierto en el sistema se llama Gliese 581c. A modo de culturilla espacial, decir que no hay que confundirlo con las letras mayúsculas, que suelen referirse a sistemas múltiples. Así, Pepito Bd se referiría al tercer planeta descubierto de la segunda estrella de un sistema solar múltiple llamado Pepito.
Al meollo. Este es el primer planeta que se descubre que está situado dentro de la zona de habitabilidad, lo que significa que tiene muchas probabilidades de albergar vida, según la Universidad Santa Cruz en California y la Institución Carnegie en Washington. Es ya el sexto planeta que es hallado en esta estrella.
Arriba, una comparación directa del sistema solar y el sistema Gliese 581. Como se aprecia, el sistema del nuevo planeta es mucho más pequeño que el solar, situándose su último planeta -descubierto hasta la fecha- poco más allá de la órbita de Venus y con todos los demás en el interior de la órbita de Mercurio.
“¿Pero eso no es muy cerca? Se estará achicharrando.”
No, porque la estrella del sistema Gliese 581 es una enana roja, estrella mucho más pequeña y fría que el Sol. De modo que una cosa por otra se compensa, y Gliese 581g está dentro de la zona de habitabilidad del sistema.
Antes de liarse con fantasías de enviar allá una nave generacional, hay que tener en cuenta un par de cosas: este exoplaneta tiene una masa entre 3 y 4 veces la de nuestra Tierra, y debido a su cercanía a su estrella, completa una órbita cada 37 días. Sí, un año allí es poco más de un mes. En cuanto a su superficie, se sabe que “es un planeta rocoso con la suficiente gravedad como para albergar un atmósfera”.
En otras palabras: “habitable” significa que es apto para que se desarrolle vida parecida a la terrestre, no que podamos irnos de camping, esperar verdes praderas y eso.
Por otro lado, le pasa lo mismo que a la Luna con nosotros: Gliese 581g muestra siempre la misma cara hacia su sol, su periodo de rotación y traslación coinciden. Esto, a priori, puede parecer una desventaja por su poca similitud con nuestro planeta pero, en realidad, contribuye a que el clima del planeta sea siempre el mismo: totalmente estable. Tiene una cara en la que siempre es de día (con su sol quieto en el cielo), otra en la que siempre es de noche, y un “anillo” en el que Gliese 581 aparece siempre en el horizonte, como un amacener/atardecer eterno.
Teniendo en cuenta la diferencia de temperaturas en el propio planeta, es muy probable encontrar una zona que tenga una temperatura apta para la vida, probablemente cerca de ese anillo.
El descubrimiento resulta increíble no únicamente por lo que es en sí mismo, si no por lo que implica: si hemos descubierto uno tan rápido y tan cerca, se cumplen las previsiones más optimistas en cuanto al número de exoplanetas habitables en nuestra vecindad y en el universo. Una distancia de 20’3 años luz es relativamente muy cercana. De repente, sabemos que debe de haber muchos planetas habitables repartidos en el espacio, ya que la Tierra ha dejado de ser el único ejemplo, no válido para una estadística. A menos que, nuevamente, se le atribuya a la casualidad y pensemos que son los dos únicos en todo el universo.
Pero va a ser que no. — Javier G. Pereda [NASA]