La idea es sencilla, en vez de usar un altavoz o el clásico timbre, esta alarma usa una especie de miniguitarra que combina unas cuerdas con un cuerpo de madera de abedul, con madera de nogal y acero inoxidable para formar la caja de resonancia, las clavijas y albergar además en su interior los diversos componentes de la misma.
El rasgueado se consigue con una púa rotatoria que va tocando una y otra vez la melodía que creemos ajustando el sonido con las clavijas. Para elegir la hora de la alarma basta con un mando para las horas y otro para los minutos, sin que haya ningún tipo de pantalla o complejidad.
¿Excesivamente simple? Tal vez, pero según este diseño de Jamie McMahon puede que sea eso justamente lo que necesitemos por las mañanas para no empezar el día más estresados que el quiropráctico de la niña del exorcista.— Dani Burón [YankoDesign]
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