Aunque siendo justos, Emanuele no es que se haya roto mucho la cabeza para diseñar estas sillas, bautizadas como Lazy Football y que, sorprendentemente, se han presentado en el salón del mueble de Milán de este año.
Realmente lo único que ha hecho es aumentar la distancia de las patas delanteras y poner una red, ya está. Podría haberle dado al menos la posibilidad de girar el respaldo, o ya puestos, incluirle patitas y consciencia propia a la pelota para que ella sola volviera cuando se fuera lejos.
Total, que para esto mejor coges una silla de jardín directamente y te ahorras el probable pastizal que costará esta silla de diseño. Además, si en la empresa no les hace mucha gracia que pases las horas futboleando, tendrás la ventaja de que es algo más fácil de justificar que una silla con una red incorporada. [Designboom]
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