Con una pantalla de 10,1″ y una resolución de 1024×600 está claro que no tiene una Retina Display, ni tampoco tiene un procesador tetranuclear chiripitifláutico, más bien un procesador Boxchip Cortex A8 a 1,2GHz con una GPU Mali-400.
Sus 512MB de RAM y sus 4GB de memoria interna no son espectaculares tampoco, pero al menos tiene ranuras microSD, puertos USB y bastante compatible, aunque claro, los servicios de Google como Google Play no están incluidos.
Aún así, con un precio inferior a los 250 dólares la verdad es que es para pensárselo, sobre todo cuando la mayoría de veces, las tablets en el trabajo se usan con aplicaciones que no requieren mucho más.
Digo yo que tal como están los recortes en gastos porque a los diputados y otros altos cargos públicos no se les regala tablets baratas en lugar de otras que cuestan entre 2 o 3 veces más…
Es más, ¿por qué demonios les regalan una tablet y un smartphone a una gente que hace que el Congreso parezca muchos días un pueblo fantasma y que si no hay votaciones huyen del mismo como si fueran el Vaquilla? Vale, que es sólo 1 millón de euros que no se nota y está claro que una pantalla 640×960 es requisito indispensable para mantener la democracia… [Ubergizmo]
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