Gary ha cambiado la entrada como dormitorio por una cama hidráulica Murphy diseñada por él mismo, escondida detrás de un sofá durante el día. El coste de toda la operación ha sido de unos 165.000 euros, cuando el apartamento costó 34.000. Probablemente le habría salido mejor comprarse una casa un poco más grande, aunque el esfuerzo ha merecido la pena. Al menos, el resultado es espectacular. — Rafa M. Claudín [NYT]
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