Julien Berthier ha reconvertido un yate de 6,5 metros de eslora partiéndolo por la mitad y añadiéndole un motor y una nueva quilla consiguiendo un barco que seguro que no deja a nadie indiferente y al que bautizados “Love, Love”.
No sabemos si es que Julien es muy supersticioso y piensa que un barco que está hundiéndose no puede hundirse o que simplemente es un cachondo mental, lo que está claro es que deber ser el centro de atención cada vez que lo deja en el puerto o surca los mares.
Para muestro de lo bizarro que debe resultar encontrárselo os dejamos con una foto que habla por si misma y un vídeo fascinante. El señor Berthier ha creado algo genial, un aplauso por favor.— Dani Burón [JulienBerthier]
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