¿Despropósito de escala épica? Por supuesto, pero eso no quita que sus creadores, el chocolatero Paul Wittamer y el joyero Fabienne Lascar hagan las delicias de Isabel Preysler y se convierta en su nueva fantasía erótica más allá incluso que una piscina de Ferreros.
Podría decirse que el hecho de que este bombón creado en Bruselas tenga un sabor único, pero por mucho que sepa a ganache oscuro y caramelo con toques de jengibre y aderezos de hojas de oro comestible, lo que dispara su precio es el diamante de 3,63 quilates que lleva.
No sé, por este precio esperaría que al menos el chocolate tuviera forma de anillo y tuviera un sistema de enganche del anillo un poquitín más sofisticado, pero está claro que si se te ha ido la pinza lo suficientemente como para crear esto, lo cierto es que da igual como lo hagas.
Aunque también puede ser peor e incluso haya alguien que esté pensando en comprarlo, en ese caso necesita urgentemente que una banda organizada de Europa del Este irrumpa en su hogar y empiece a administrar mejor su fortuna. [Bornrich]
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