El caso es hablar

Empresas

Según un estudio, hablar con los acompañantes es tan peligroso como hablar por el móvil en el coche.

La Universidad de Michigan ha demostrado que los conductores que hablan con pasajeros muestran niveles similares en sus capacidades de conducir un vehículo, que los que utilizan teléfonos móviles.

El estudio no encontró ninguna diferencia estadística en la habilidad para mantenerse al volante, tanto en los conductores que mantuvieron conversaciones con sus pasajeros, como en los que usaron sus móviles. “Esto sugiere que desde el punto de vista de conducir, el hablar por teléfono móvil, no es peor que conversar con un pasajero o realizar otra actividad que pueda distraer”, explicó James Sayer, investigador del UMTRI.

Sayer y sus colegas Joel Devonshire y Carol Flannagan estudiaron los efectos de comportamientos secundarios en la capacidad de conducción en tramos de rutina. Analizaron diferentes vídeos de 36 conductores de automóviles equipados con cámaras, que registraron el movimiento del vehículo y el comportamiento del conductor durante cuatro semanas.

Más de un tercio de los vídeos mostraron a los conductores realizando actividades secundarias. La conversación con otros pasajeros fue la más común (15 por ciento), seguida de las actividades de aseo personal (6,5 por ciento), teléfono móvil (5 por ciento), y comer y beber (2 por ciento).

El uso del teléfono móvil no afectó la variación en la velocidad, pero influyó en una disminución de la frecuencia y duración de los controles visuales, fuera del camino y frente al conductor, lo que puede acarrear consecuencias negativas en el control del ambiente general, advierten los investigadores.

Asimismo, la actividad de comer y beber tuvo un efecto mínimo en la capacidad de conducir, excepto por un aumento modesto en variaciones del control del volante y la frecuencia del control visual, como así también el uso más frecuente de los frenos. Se encontraron modelos similares cuando los conductores realizaban tareas de aseo personal, como peinarse.

El estudio también mostró que mujeres y conductores menores de 30 años tenían más posibilidades de iniciar actividades secundarias. Las mujeres demostraron tener más tendencias a conversar con los pasajeros, pero los hombres tuvieron índices más altos de uso de teléfono móvil y de actividades de aseo personal.