El globo desde el que saltó se encontraba a 7800 pies de altura, y sus “alas” pesan 55 kilos. Sus cuatro turbinas funcionan con queroseno, como las de los aviones.
Pero lo más interesante es que no tiene ningún mecanismo para girar ni guiar el aparato. Todas las desviaciones las produce él mismo, movimiento sus brazos y piernas, del mismo modo que los saltadores profesionales son capaces de moverse por el aire. Los brazos y piernas de Rossy son sus flaps y su timón, por así decirlo.
El año pasado intentó volar desde Marruecos hasta España, pero los fuertes vientos del estrecho de Gibraltar le forzaron a renunciar. ¡Una pena que no nos visitara! — Javier G. Pereda [BBC]
Los usuarios denunciaban que la compañía los había rastreado incluso cuando usaban el modo privado…
El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial financiará aquellas iniciativas que puedan solucionar incertidumbres científicas o…
Solo en el cuarto trimestre las empresas emergentes del país han levantado 1.500 millones de…
La región tiene 13 scaleups y destaca por sus empresas emergentes de salud y agrotech.
Valencia ha atraído en el primer semestre del año 30 millones de euros de inversión…
El diario estadounidense demanda a las dos compañías tecnológicas por haber usado sus contenidos para…