Un diamante no es más que un cacho de carbono sometido a mucha presión.
No nos referimos a que el carbono se haya quedado en paro y no le llegue para pagar la hipoteca y además su mujer le haya pedido el divorcio y una cuantiosa pensión y para colmo la temporada de fútbol empieza con amenaza de huelga. No. Nos referimos a presión de verdad, en el sentido físico del término.
Pues el profesor Matthew Bailes, de la Universidad Tecnológica Swinburne de Melbourne, ha descubierto un planeta superdenso formado mayoritariamente de carbono por lo que es de esperar que este material haya adquirido forma cristalina. Para entendernos, que es un pedazo de diamente de unos 143.ooo kilómetros de radio. Un pedrolo de los gordos.
La explicación puede ser que anteriormente fue una estrella que ha perdido sus capas exteriores. Y antes de que empieces a pensar en fletar una nave espacial para ir a engancharle una cadena y traértelo te daremos la mala noticia: este planeta-diamante se encuentra a 4.000 años luz de casa. ─[Reuters via@LoriBergamotto / Imagen Reuters]
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