El efecto 3D, de capa caída
Efectivamente, parece que “Cómo entrenar a tu dragón” fue la que más aprovechó el tirón 3D de Avatar, porque las siguientes no han hecho más que bajar.
Básicamente, esto quiere decir que la gente prefiere gastarse 5 € en verlas en 2D que 9 € en verlas en 3D. Y es que los bolsillos no están para gastar casi el doble en cine. Sobre todo cuando vamos a ver una película que, aunque pueda ser buena, dura hora y media, como la última de Shrek. No obstante los precios que menciono son muy generales. Recuerdo haber visto Avatar, en su momento, por 6’50 € en 3D, la primera semana de su estreno. En otros sitios a 10 u 11 euros. ¿Cuánto os cuesta en vuestro cine habitual?
Estas noticias no son nada buenas para los estudios de cine que han invertido en cámaras 3D, en las marcas que están comercializando televisores compatibles con 3D, etc. Si de repente la demanda baja, la inversión no habrá servido de mucho. Al no haber tanta competencia, los precios seguirán siendo altos.
¿Qué opináis vosotros? ¿Preferís en 3D? Probablemente dependa del tipo de película. Animación y ficción (quizá también acción) son los géneros más beneficiados. Quizá haya nacido una nueva faceta del séptimo arte, y esta sea “saber usar el efecto 3D”. Por otra parte, es cierto que el 3D le quita algo de brillo y contraste a la imagen, pero no parece ser este el factor decisivo. Las gafas también pueden ser algo incómodas, a la par que en una película en 2D podemos ver mejor toda la acción simultáneamente, al estar situada toda en el mismo plano (es algo más cómodo para la vista).
Desde luego, yo tengo ganas de ver las chorradas que harán en la nueva de Torrente en tres dimensiones. Probablemente lo usen para nuevas bromas… más tangibles. — Javier G. Pereda [The Wrap]