Durante muchos, muchísimos años, Nokia era Finlandia y Finlandia era Nokia. La empresa, nacida en 1865 (sí, en el siglo XIX, aunque empezaron como fábrica de pulpa de madera para hacer papel), era el lugar en el que aspiraba a trabajar todo finlandés con algún interés en la tecnología. Emprender no entraba entre los planes de nadie.
Pero entonces las cosas se empezaron a torcer. La compañía llegó tarde a la batalla de los smartphones y empezó su caída en picado, que remató con la venta de la parte de móviles a Microsoft, una especie de tragedia nacional. Entre 2012 y 2013, con toda la reestructuración previa a la venta, la firma finlandesa despidió a 24.500 trabajadores. Nokia ya no era un lugar al que aspirar.
¿Qué pasó con todos estos ex-empleados de Nokia que de pronto se encontraron sin trabajo? Algunos se unieron a otras compañías tecnológicas del país como Rovio, el creador de Angry Birds. Otros muchos optaron por crear su propia startup haciendo que de pronto Finlandia, un país de poca cultura emprendedora, esté viviendo un boom de startups tecnológicas digno de sus vencinos Suecia o Estonia.
Y, los que no emprenden, encuentran trabajos en startups que llevan ya años creciendo: Pekka Rantala, ex vicepresidente senior de Marketing en Nokia, es ahora CEO de Rovio. Tero Ojanperá, antiguo CTO de Nokia, es ahora presidente en Kiosked, una startup de tecnología publicitaria que no hace más que cerrar exitosas rondas de financiación. Niko Derome era ingeniero de software en la firma finlandesa, y ahora es cofundador de Supercell (compañía con unos ingresos 10 veces superiores a los de Nokia).
Convirtiendo a Finlandia en nuevo centro de startups
¿Cómo son todas esas nuevas startups que nacen en Finlandia? Hay mucho interés en los juegos, a raíz de sobre todo del éxito de Rovio. Según TechCrunch, desde 2009 han visto la luz más de 200 startups de juegos en Finlandia, como Next Games, Boomlagoon o PlayRaven, pero poco a poco se van abriendo camino también startups mucho más diversas: Internet of things, nube, redes…
Alrededor de las startups, muchísimos eventos por y para ellas. Esta misma semana, los días 11 y 12 de noviembre, tuvo lugar Slush, una mega conferencia de startups que tiene lugar desde 2012 en Helsinki y que quiere dar a conocer estas pequeñas empresas atrayendo a inversores, ejecutivos y medios de comunicación internacionales. Otro ejemplo es el Polar Bear Pitching de Oulu: presenta tu startup desde un agujero en el hielo… ¡sin congelarte!
Las startups atraen a inversores y poco a poco empiezan a aparecer también formas de financiación alternativas al clásico crédito bancario. Está Tekes, una agencia de financiación de startups, parte del gobierno finlandés, y cada vez más iniciativas privadas que buscan ser quienes inviertan en el próximo Rovio. Y hay también incubadoras, como la Startup Sauna (¿se puede ser más finlandés?) de la Universidad de Aalto.
La caída de Nokia se podía haber quedado en desastre nacional, repartiendo a sus trabajadores por empresas que no tengan nada que ver o por grandes multinacionales. La situación parece ser otra, mucho más interesante: Nokia era un fénix que no renace en sí, pero de cuyas cenizas parten muchas startups.
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