En el “Anuario espacial de 1970” el ilustrador Peter Fairley recogía un exhaustivo digrama sobre los pasos a seguir por un astronauta para colocarse él solo el traje espacial con el añadido de la dificultad de hacerlo en condiciones de ingravidez.
También se mostraba una especie de saco flotante en cuyo interior quedaba “atado y bien atado” el viajero espacial para echar un sueño, algo al parecer complicado cuando la gravedad no nos atrae hacia el colchón de la cama.
Estos documentos retrofuturistas quedan consignados como testimonio de una visión del espacio que hace cuatro décadas parecía que sería el lugar donde pasaríamos nuestras vacaciones y mira dónde estamos. ─[Imagen: Steve Collins]
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