El hombre se fusionará con las máquinas en 200 años
El profesor israelí Yuval Noah Harari cree el hombre ya no necesita dioses, solo necesita tecnología.
Con los wearables a cuestas y el Internet de las Cosas metido en nuestros hogares, el ser humano se encuentra cada vez más inmerso en la tecnología, hasta el punto de que podría llegar a fundirse con ella.
Ese es el destino que vislumbra el profesor de historia de la Humanidad de la Universidad de Jerusalén, Yuval Noah Harari, quien vaticina que en 200 años el homo sapiens se ‘actualizará’ en la idea de sí mismo como un ser divino, “ya sea a través de la manipulación biológica, la ingeniería genética o mediante la creación de ciborgs, mezclando partes orgánicas con no orgánicas”.
El israelí cree que “en realidad nada ha cambiado en 4.000 millones de años biológicamente hablando, pero vamos a ser tan diferentes de los humanos de hoy en día como los chimpancés lo son ahora de nosotros”:
No obstante, Harari matiza que solo los ricos tendrán el dinero necesario para transformarse en ciborgs. La tecnología rellenaría el espacio entre ricos y pobres en la sociedad y en el futuro los ricos serán capaces de vivir más gracias a ella, mientras los pobres morirán.
Harari menciona la insatisfacción humana, que se torna en codicia también en el aspecto evolutivo y sería la base para este destino. “Incluso cuando los seres humanos adquieren placer y logros no será suficiente. Quieren más y más”, apostilla.
El profesor asegura que los humanos se habrían convertido en una especie tan dominante gracias a nuestra capacidad para inventar ficciones que mantendrían unida la sociedad, como la religión, el dinero y la idea de los derechos fundamentales que no tienen base en la naturaleza. Además, indica que cuando los seres humanos dependían de los Dioses eran más controlables.
“Sin embargo, lo que vemos en los últimos siglos es que los seres humanos son cada vez más potentes y ya no necesitan las muletas de los dioses. Ahora estamos diciendo que no necesitamos a los dioses, solo tecnología”, señala Harari. El docente subraya que actualmente el lugar más interesante en el mundo desde una perspectiva religiosa no es Oriente Medio, sino Silicon Valley, donde se estaría desarrollando una “tecno-religión”.