A medida que el año avanza se confirma que este 2008 es el año de la gestión de la reputación en Internet, el año en que se confirma que la comunicación entre marcas y consumidores es más bidireccional que nunca y que la publicidad pasa a ser conversación. Facebook y Twitter se acomodan, Google apuesta por la web social con FriendConnect y Yahoo se rinde ante OpenID.
Surge el concepto de “myself online”, los usuarios tenemos nombre y
apellido, preferencias, gustos y ahora más que nunca, opinión. Es la hora de
asentar nuestra marca en la red, escuchar lo que se dice de nosotros,
manteniendo la conversación y potenciándola.
La web 2.0 trajo un cambio de mentalidad en los internautas, dándoles el
poder de crear el contenido que otros consumen, multiplicando la información
y su difusión. Los nuevos medios que permiten que los usuarios sean emisores y receptores de contenido han hecho cambiar radicalmente desde los procesos de producción (dónde el consumidor puede participar) hasta la publicidad y la comunicación.
Hace unos meses, Javier Alonso, responsable de Google Video y YouTube en
España, declaró que cada minuto se subían 8 horas de video en YouTube. Es la masa crítica la encargada de filtrar y seleccionar los contenidos realmente
valiosos.
El término prosumidor resurge, utilizándose por grandes empresas para
identificar a sus clientes creadores de contenido de su marca, contrastando
con los usuarios que únicamente reciben información generada por los demás.
Estos prosumidores son a su vez usuarios conectores, referentes en sus
nichos de expertise, y early adopters en aquello que les fascina. Un
prosumidor podría definirse también como un consumidor activo, que sabe lo
que compra y que genera comentarios y reacciones. Si un consumidor tiene una buena experiencia con un producto, la comunicará posiblemente a 5 personas pero si la experiencia es negativa, posiblemente a 10. Si conseguimos cambiar su percepción, mejorar su experiencia y convertirlo en prosumidor, esa experiencia negativa pasará a ser positiva, y llegará a cientos o miles de personas, por ejemplo explicando su caso en su blog o en un portal de opiniones.
En conclusión, el prosumidor es un consumidor que anticipa tendencias, y
sirve de canal para los consumidores de su entorno de forma conversacional.
Si un prosumidor es afín a tu marca, es un prescriptor.
Pongamos como ejemplo a los bloggers: Los blogs independientes se
convertirán en un medio poderoso para informar de una forma fiable y
transparente a miles de usuarios, que cada día más buscan consejo en la red.
Según la Asociación Europea de Publicidad Interactiva, un 34% de los
internautas españoles cambian su elección inicial ante una compra online
tras buscar opiniones y consultar la competencia en la red.
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