¿Crees que tienes una idea estupenda inamovible que te servirá para montar una empresa exitosa y hacerte rico? Cambia el chip. Probablemente alguien ya haya hecho eso antes o probablemente tu idea necesite pasar por chapa y pintura, ser revisada, desmontada y transformada.
Para el vivero de empresas emergentes The Founder Insitute lo importante no son las ideas, sino las personas. Porque en definitiva, son las personas quienes tienen actitud, pasión, talento (o no) y están detrás de las empresas y los proyectos.
The Founder Institute tiene una fórmula infalible para saber si una iniciativa puede tener futuro y aplicación real en el mercado. Se trata de un test predictivo desarrollado por científicos que mide el éxito empresarial del fundador de negocio. “A diferencia de otras incubadoras, la filosofía del Founder Institute se basa en la potenciación del talento emprendedor de cualquier persona que esté motivada y desee desarrollar una compañía tecnológica y que cuente, en base a una metodología predictiva, con las aptitudes adecuadas para llevarla a término”, explican en un comunicado.
Además de orientarles en esta primera fase, luego proporcionan a los emprendedores un programa completo de apoyo. El objetivo final es ayudarles a conseguir financiación una vez su idea definitiva esté pulida.
Con esta filosofía el “instituto” ha conseguido llegar a 22 ciudades en el mundo y lanzar casi 500 start-ups y esperan llegar al millar durante este año. Una de las ventajas de la incubadora es su gran red de mentores, nada menos que 800, entre los que se encuentran grandes figuras de Silicon Valley, como Mark Pincus, CEO de Pynga. Los que se adhieren a este programa suelen ser en su mayoría hombres de unos 34 años de edad y perfil técnico principalmente, según explica la organización.
The Founder Institute acaba de aterrizar en Madrid y para encontrar a los primeros participantes ayer organizó una jornada denominada ‘Startup Ideation Bootcamp’. Los asistentes pudieron escuchar los consejos del consultor Jaime García Cantero y de los emprendedores Antonio Castelo (Papanatos.com) y Miguel Olivares (la Despensa).
Tras las charlas inició un turno de ponencias espontáneas, donde cualquiera podía salir a contar su historia, sometiéndose a la crítica de los asistentes y “jurado”. La única limitación era el tiempo que tenían para contar su idea, con 2 o 3 minutos de margen a lo sumo, emulando los speed-dating del “Valle” o los elevator pitches, reuniones fortuitas con bsuiness angels en ascensores que solo duran lo que tarda el ascensor en llegar a la planta deseada.
La formación se prolongará por un período de 4 meses, aunque se espaciará en una jornada de cuatro horas cada semana. En principio está previsto que 35 empresas entren a formar parte del programa, pero no bastará con ingresar, sino también con “aguantar el ritmo”, ha explicado Miguel Galera, CEO de Integralcom y uno de los organizadores de la edición madrileña de The Founder Institute. Los emprendedores que se adhieran a la iniciativa contarán en todo momento con el asesoramiento de los mentores pero, ojo, ellos también podrán evaluar si sus aportaciones son útiles o si deciden acogerse a otros “tutores”.
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