Apple quiso en su momento meterse en el mundo de las redes sociales, pero su intento, Ping, fue tan desastroso que desapareció un año después de su lanzamiento y todo el mundo dio por supuesto Cupertino había aprendido la lección y decidido dedicarse a lo que se le da bien. Por eso cuando esta semana se supo que Apple había comprado Topsy, una startup de análisis de datos de Facebook, por 200 millones de dólares, todo el mundo se hizo una pregunta: ¿para qué quiere Apple a Topsy?
Las teorías no tardaron en llenar la web. Apple podría utilizar Topsy para ofrecer recomendaciones de temas populares en iTunes o incluso para la mítica Apple TV. También podría quererlo simplemente para hacer un seguimiento y análisis de las conversaciones que se generan en Twitter alrededor de la empresa y sus productos. Podrían usarlo para mejorar Siri. O podrían estar más interesados en el equipo, por lo que en realidad estaríamos hablando más de un acquihire (juego de palabras entre “adquisición” y “contratación” en inglés).
La teoría que ha cobrado más fuerza, no obstante, es la de que Apple quiere a Topsy simplemente por su actividad principal: su buscador. Apple, al fin y al cabo, no tiene buscador y tiene que depender de Google para las búsquedas que hacen los usuarios desde el iPhone o el iPad. ¿No estaría bien que los resultados que muestra Siri, por ejemplo, fuesen controlados por Apple y no por Google? De paso, le quitarían al gigante buscador parte de los ingresos por publicidad que consigue gracias a esas búsquedas que se hacen desde iOS.
Por qué a Twitter le da igual
Poco después de saberse la noticia de la compra de Topsy por parte de Apple todas las miradas se volvieron hacia el que habría sido el comprador más lógico de la startup: Twitter. Al fin y al cabo, Topsy se ocupaba únicamente de los datos de Twitter y era una de las únicas cuatro compañías que, además de tener acceso a todos los tuits que se han publicado en la historia (y son muchos), tiene permiso para comerciar con ellos. ¿Por qué no fue Twitter quien compró Topsy?
Twitter, según se supo esta semana, también valoró en varias ocasiones hacerse con Topsy, pero dos razones de peso en contra de la adquisición ganaron siempre. Una, que la tecnología de Topsy podría ser desarrollada por Twitter de forma interna ya que la materia prima, los tuits, también la tienen (como es lógico); y otra, que pagar 200 millones de dólares era un precio demasiado por algo que podrían desarrollar ellos mismos.
Después hay una teoría que va mucho más allá, la que defiende que en Twitter posiblemente estén también muy satisfechos con el hecho de que haya sido Apple quien se haya hecho con Topsy. ¿Por qué? Porque era una startup a la que Twitter iba a tener que acabar comprando o destruyendo, algo que ahora se ahorran. Además, Twitter sigue teniendo el control. Si Apple quiere a Topsy por su tecnología de búsqueda o por su equipo y los datos de Twitter les dan igual, la red de microblogging puede simplemente olvidarse del tema. Si, por el contrario, Apple sí está interesada en los datos que maneja Topsy y a Twitter no le parece bien, no tiene más que cortar el grifo y cerrar el acceso.
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